• La Policía detiene al delegado del Gobierno en Valencia en una investigación por corrupción.
  • El juez abre juicio al PP como responsable civil subsidiario por la contabilidad B.
  • Luis Bárcenas demandará su reingreso en el PP al no llegar a un acuerdo.
  • El portavoz de la Junta de Castilla y León exige la dimisión a José Manuel Soria.
  • Doce alcaldes de Valencia reclaman la dimisión de Mariano Rajoy.
  • Y este se prepara para neutralizar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y a la secretaria general del Partido, Dolores de Cospedal.
Al PP le crecen los enanos y empieza a parecerse cada vez más a la UCD, como explicamos ayer. Y es que a los resultados más bien decepcionantes de las pasadas elecciones municipales y autonómicas se une la desunión interna y la corrupción. Empezando por eso último, la corrupción, el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Serafín Castellano, ha sido detenido hoy viernes en el marco de una operación de la Fiscalía Anticorrupción que investiga supuestas irregularidades en adjudicaciones durante su etapa como conseller de Gobernación. Además de a Castellano los agentes han arrestado a otras ocho personas. Pero es que, ayer, el juez José de la Mata abrió juicio a los extesoreros del PP Luis Bárcenas y Álvaro Lapuerta y al exgerente Cristóbal Páez como integrantes en organización criminal por la caja B del partido, así como al PP como responsable civil subsidiario por el pago en negro de la reforma de su sede, y le pone una fianza de 1,2 millones de euros que deberá pagar en 10 días. Hoy se ha sabido que Luis Bárcenas demandará su reingreso en el PP al no llegar a un acuerdo. Y el caso de Rodrigo Rato, que sigue dando que hablar. Aunque en ese caso, se extiende la sospecha de una guerra interna en el partido: porque fue la Agencia Tributaria quien pidió a la Fiscalía la detención del exministro de Economía ante las sospechas de que estaba cometiendo un delito de blanqueo de capitales y a la vista de presuntas operaciones de despatrimonialización entre 2014 y 2015 y reclamó el registro de su domicilio "incluso con la autorización de la fuerza", recogió Europa Press. Dicha desunión en el partido ha tenido más ejemplos. El portavoz en funciones de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago-Juárez, pidió ayer la dimisión del ministro de Industria, José Manuel Soria, al que responsabilizó del retroceso electoral del PP en la región. "Creo que ha hecho méritos suficientes o para dimitir o para ser cesado", dijo. Soria evitó responder a las críticas y dijo que lo que tenga que decir lo dirá en privado y "nunca en la plaza pública". "Las descalificaciones al final descalifican a quien descalifica", añadió. Igualmente, en una entrevista en ABC, el presidente del Congreso, Jesús Posada, apunta la necesidad de hacer cambios en el PP y en el Gobierno, pero que estos no se anuncien por adelantado. Posada pide a los barones que sus "gestos" los hagan "de tal manera que ayuden al PP y no le perjudiquen". Más: en la Junta Directiva de Valencia hasta una docena de alcaldes de la provincia reclamó la dimisión de Mariano Rajoy, al que achacan la derrota electoral, informa hoy El Mundo. Y eso que se respetan las formas: pues ayer, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, salió al paso de las especulaciones sobre el posible cese de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, y recordó la "ingrata, dura y difícil" labor que supone su cargo. Eso va por las informaciones que hablan de la guerra entre ambas. Y en medio de todo ello, como contamos, Rajoy dijo que no iba hacer cambios pero se prepara para neutralizar a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría y a la secretaria general del Partido, Dolores de Cospedal.  Insistimos, el PP se parece cada vez más a la UCD: el todos contra todos y la posible disolución lenta del partido. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com