• El pacto oculto del PP con los nacionalistas permite que el PNV siga controlando el banco vasco.
  • Y encima, los nacionalistas vascos han forzado la comparecencia de Rajoy en el Congreso por la Gürtel.
  • El PP paga caro el apoyo que necesita del PNV para tramitar los Presupuestos del Estado de 2018.
  • Al tiempo, permite que Kutxabank sea una excepción en la obligación para cubrir el fondo de reserva en plazo y cantidad. ¡Menudo negocio has hecho, Mariano!
Las negociaciones entre el PP y el PNV a cambio de apoyo de los cinco diputados nacionalistas a la tramitación parlamentaria de los Presupuestos del Estado para 2018 ha tenido muchos frentes, pero uno de ellos, esencial para el PNV, ha pasado por conservar el control de Kutxabank, fruto de la fusión de las tres cajas vascas (BBK, La Kutxa y Caja Vital), que ejerce a través de Consejo de Administración de la Fundación Bancaria, presidida por Manuel Beraza (el segundo por la derecha, en la imagen). Y así seguirá siendo, gracias a una enmienda normativa del Ministerio de Economía que ha permitido a Kutxabank ser una excepción en sistema que se ha aplicado al resto de ex cajas de ahorros, algo por ciento que no ha gustado nada en el BCE, que insiste desde hace años en los recursos propios para cubrir los riesgos. Y encima el PNV le ha pagado el favor al PP con la corrupción: el PNV se ha unido al resto de los grupos parlamentarios para pedir la comparecencia de Rajoy en el Congreso por la financiación ilegal del PP. O sea, el caso Gürtel. El PNV podría haberlo evitado con sus votos -la comparecencia será este miércoles, 30- pero ha preferido castigar a Rajoy. Evidentemente, la comparecencia de Rajoy no estaba en el pacto oculto entre las dos formaciones, como sí Kutaxabank. Forma parte del precio a pagar por el apoyo nacionalista a la tramitación de los Presupuestos, que volverán a escena a mediados de septiembre. ¡Qué caros vende el PNV sus cinco escaños! Y sin dejar de fastidiar. Volviendo a Kutxabank. Todas las ex cajas han pasado por la reconversión en fundaciones bancarias, con una serie de obligaciones para mantener el control del banco naciente. Entre ellas la de destinar el 50% de los dividendos a un fondo de reserva. Según la Ley de Cajas, el único modo de escapar a esa obligación era plantear un plan de desinversiones que les permitiera reducir su participación del 50% o de la posición de control en el plazo máximo de cinco años. Pero lo que ha sido una obligación para otros, como Unicaja, Caixabank o Ibercaja, se ha convertido en excepción en el caso de Kutxabank. ¿Cómo? Gracias al ministro Guindos, que lo ha permitido con dos salvedades: con una aportación al fondo de reserva del 30%, no del 50% de los dividendos, como el resto, y dando ocho años, no cinco, como al resto, para cubrirlo. Conclusión: el PNV, con mayoría en el consejo de administración de la Fundación bancaria, puede seguir controlando el banco. Ahora bien, la razón de esa excepción no es económica, sino política. Era unos de los peajes del PNV a Rajoy para apoyar la tramitación parlamentaria de los Presupuestos. Extraños compañeros de viaje, el PNV y el PP, cuando conviene a los segundos pero sin que los primeros pasen por todos los aros. Rafael Esparza