• El presidente de la Comisión Europea airea los problemas presupuestarios de España en plena campaña electoral.
  • Y el "por el momento", del comisario  Moscovici, sentó como una bofetada en Moncloa
  • Mientras el PP, en su trampa: cómo reducir el déficit sin hacer recortes y sin subir impuestos.
  • Y el recurso a la deuda está cerrado: ya superamos el 100 por 100 del PIB.
  • Y encima Soraya vuelve a meter la pata (o miente): presume de crecimiento como solución al déficit fiscal.
  • Las líneas rojas de Rajoy: edad de jubilación, reducción del subsidio de paro, y del coste sanitario. ¿Entonces?
  • Tampoco habrá reducción de cuotas sociales.
  • Pero sí es replanteable la subida del IVA. Todo muy liberal.
Rajoy hizo todo lo posible para que Jean-Claude Juncker fuera presidente de la Comisión Europea. A cambio, el luxemburgués le engañó y España perdió todos los cargos importantes en los organismos comunitarios. Pero la manía continua. Ahora Juncker, en pleno proceso electoral (largo proceso), suelta que España incumple el déficit comprometido y filtra la carta que le envió Rajoy prometiendo enmendarse. Traducido: ajustarse el cinturón en 8.000 millones de euros. Ahora, eso puede hacerse aumentando los ingresos (más impuestos)  o reduciendo los gastos (ajustes). Eso es lo que hay que decidir. En cualquier caso, ambas cosas resultan bastante impopulares y se prestan a la demagogia. Ejemplo, Pedro Sánchez, uno de nuestros compatriotas más demagogos, ya se ha apresurado a decir que no admitirá ni un recorte más al Estado del Bienestar. Y entonces, ¿cómo pagaría él esos 8.000 millones? ¿Subiendo impuestos? Volvamos a Bruselas y sus desprecios a España. La escenificación de la Comisión ha sido puñetera y brutal. Pierre Moscovici, el desastre del déficit fiscal francés, ha dicho que no sancionará a España porque está en elecciones. Es decir, "por el momento". Con ello añade el insulto a la injuria. En cambio Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno necesita dos tarde de economía, mete la pata y vende que el antídoto contra la reducción del déficit excesivo es el crecimiento económico. Hombre sí, en economía todo tiene que ver con todo, pero eso es mezclar las churras con las merinas. Además, el recurso a la deuda pública está cerrado. Ya superamos el 100 por 100 del PIB y hemos endeudado a nuestros nietos. Por tanto, a Rajoy sólo le queda meter la tijera pero eso no puede decirse en campaña electoral. No puede decir que está obligado a retrasar la edad de jubilación a mayor velocidad, ni que no se puede mantener el actual subsidio de paro. No puede decir que no tiene margen para reducir las cuotas sociales ni puede ahora volver a subir el IRPF. Eso sí, puede subir el IVA pero también resulta impopular. No puede anunciar en campaña que tiene que reducir las prestaciones sanitarias y el subsidio de desempleo, además de las rentas sociales para parados de larga duración y para quienes nunca han cotizado. Pero no puede decirlo en campaña y está metido en una trampa mortal: mentir antes del 26-J y decidir a partir del 27. En cualquier caso, no reducirá impuestos ni prestaciones sociales. Todo es muy liberal en la derecha española. Eulogio López eulogio@hispanidad.com