• Y al resto de acreedores bancarios con una participación por encima del 2%, como ING o Natixis.
  • También al propio Goldman Sachs, que ha comprado la deuda del Santander con un 80% de descuento.
  • La alternativa es un acuerdo para salir del preconcurso o perder toda la inversión.
  • Isolux necesita sí o sí entre 200 y 300 millones de inmediato para seguir funcionando y pagar las nóminas.
El presidente de Isolux, Nemesio Fernández-Cuesta (en la imagen) necesita un remiendo, como quien dice, para cubrir el vacío que ha dejado el Santander. O lo que es lo mismo, buscar entre los bancos acreedores a los compradores del 9,5% de deuda que el banco cántabro vendió a Goldman Sachs -con un descuento del 80%-. Esa operación, como ya les informamos, fue a la postre, lo que ha llevado a la ingeniería a entrar en preconcurso de acreedores. La alternativa, ahora, es encontrar al sustituto del Santander para reconducir la situación. Es ahí donde se mueve Fernández Cuesta para evitar lo peor, el concurso. Tras la deserción de Santander, los otros dos bancos del conocido como G3, Caixabank y Bankia, con una deuda equivalente al 10,36% y 6,54%, respectivamente, también se negaron a conceder una segunda línea de crédito (entre 200 y 300 millones) para que Isolux pueda seguir funcionamiento y pagando las nóminas. La negociación, obviamente, lleva un tiempo, pero está en marcha, aunque en el horizonte están los cuatro meses que marca la ley conursal de Guindos. Pero las posibilidades están en los acreedores de segunda fila, lo que supera, el 2% de la deuda. Ahí están el Sabadell (4,19 %), ING (3,05 %) o Natixis, o el propio Goldman. Todos esos bancos tienen interés en recuperar su inversión o no darlo todo por perdido. Es el argumento de peso, teniendo en cuenta que entre todo ellos, ya sin el Santander, tienen el 54% de Isolux. Hay más bancos que también podrían formar parte del acuerdo como Popular, Deutsche Bank o Société Générale, pero con un riesgo menor que los anteriores. Sigue sin aclararse, no obstante, el paso dado por el Santander, que se ha desmarcado de Isolux en sentido contrario a como hizo en Abengoa. Las dos son ingenierías, pero a la primera la deja caer -descolgándose del plan acordado en julio (saneamiento, capitalización y quitas-, mientras que con la segunda ha llegado hasta el final para evitar su quiebra. La dimisión del consejero delegado, Ignacio Alcaraz, por cierto, entra dentro de la lógica una vez que la empresa se haya acogido al preconcurso. Es la última secuencia de culebrón, que comenzó la dilución de participación en Isolux de Luis Delso y Luis Gomis (del 54% al 10%), la entrada de Nemesio Fernández Cuesta para reconducir la situación. La incorporación de Alcaraz, en la que jugó su baza el Santander, fue un paso previo a la firma del acuerdo de refinanciación. Rafael Esparza