• El obispo auxiliar del patriarcado caldeo de Bagdad, Basel Yaldo, pide a la comunidad internacional "expulsar a los terroristas del Estado Islámico".
  • Y declara: "Volver a Irak durante la ocupación del Estado Islámico ha sido una llamada de Dios".
Monseñor Basel Yaldo (en la imagen), desde hace cinco meses obispo auxiliar del patriarcado caldeo de Bagdad, ofreció un testimonio extraordinario de fe cristiana en un escenario de persecución para concluir el encuentro Peregrinos en el ciberespacio (Grottammare del 18 al 20 de junio). El prelado pidió a los periodistas presentes "hacer escuchar en todo el mundo la voz de una Iglesia que sufre". Además, contó la historia de su secuestro que tuvo lugar en Bagdad en septiembre del 2006, en un clima de tensión, tras el conocido discurso del Papa Benedicto XVI en Ratisbona, completamente mal entendido por muchos sectores del Islam. Dirigiéndose a aclarar la controversia con un grupo de musulmanes, el joven sacerdote fue agredido y retenido como prisionero durante tres días, durante los cuales su único consuelo fue recitar el rosario. "Me dijeron que me liberarían si el Papa pedía perdón y yo les dije que no habían entendido su mensaje. Su reacción entonces fue 'cállate'", contó monseñor Yaldo. Hablando de la actual ocupación de una amplia parte del territorio iraquí por parte del Califato islámico, el obispo auxiliar de Bagdad admitió: "Bajo Sadam los cristianos vivíamos bien, hoy en vez de un dictador tenemos 100…". De 45 años y originario de la Llanura de Nínive, Yaldo se trasladó con su familia  Bagdad cuando tenía 7 años. Al finalizar el instituto entró en el seminario mayor. Después de licenciarse en teología en 2002 en la Universidad Pontificia Urbaniana, fue ordenado sacerdote en Roma, el 23 de noviembre de ese mismo año. Tras la caída de Sadam Husein en 2003, Yaldo volvió a Bagdad como vicedirector del seminario y de secretario del patriarca de los caldeos. Después de su secuestro, el sacerdote dejó Irak por motivos de seguridad, dirigiéndose primero a Estados Unidos y después de nuevo a Roma, donde realizó el doctorado en teología dogmática. En febrero de 2015, volvió a Bagdad como obispo auxiliar. En entrevista con ZENIT, monseñor Yaldo habla de su experiencia pastoral, dejando un gran mensaje de paz. "Pedimos a la comunidad internacional ayudarnos para que termine esta tragedia. En Irak tenemos muertos cada día. En un noche, al norte del país, han huido más de 10 mil personas, dejando su tierra y sus casas. Deben ayudarnos no solo a nivel material: en primer lugar deben expulsar a los terroristas del Estado Islámico. Por esto pedimos ayuda también al Santo Padre, vista su influencia entre los poderosos del mundo. El Papa Francisco ha demostrado gran atención hacia el pueblo iraquí, mandando a nuestro país a varios cardenales. El prefecto de la Congregación Propaganda Fide, Fernando Filoni, ha venido dos veces a visitar a los refugiados, también ha venido el arzobispo de Lyon, Philippe Barbarin; el prefecto de las Iglesia Orientales, Leonardo Sandri, y finalmente hace unos días, el arzobispo de Milán, Angelo Scola. Todo esto nos da ánimo y esperanza". Andrés Velázquez andres@hispanidad.com