• Es decir, tres grandes que se comerían a tres medianos.
  • Todo ello empujado con el ministro Luis de Guindos, convertido en juguete de las circunstancias.
  • La versión oficial dice que quedan tres flecos pendientes en la 'consolidación bancaria' con tres candidatos, pero podría haber más.
  • Quedan fuera del baile, por distintas razones, Santander, Kutxabank, Bankinter y Abanca.

Tres bancos grandes preparan el asalto sobre la banca mediana, un punto y seguido (casi punto final) para cerrar el nuevo mapa bancario español, una vez que Guindos ha abierto la veda para resolver los flecos pendientes en la consolidación del sistema financiero. No lo hacen con especial entusiasmo, sino presionados tanto por el Ministerio de Economía como por los reguladores: Banco Central Europeo (BCE) y Banco de España (BdE). Al susto provocado por el Popular, en junio, siguió otro del Liberbank -lo que obligó a mediar a la CNMV con la prohibición de las posiciones cortas-, mientras crecía el temor de nuevos sustos. Por esa razón, interviene Guindos, con una insólita propuesta al sector bancario de que se fusionen Unicaja, Liberbank e Ibercaja, con mejor rostro que los otros dos. Pero como ya les hemos contado, la banca se negó en rotundo. Que se fusionen los tres bancos del eslabón débil, a la postre, no resuelve nada sino que multiplica por tres un problema potencial, que es, en teoría, justo lo que no quiere Guindos. Su ambición es poder mirar al pasado, desde el presente donde se encuentre en el futuro (en el BCE, por ejemplo), sin resignación, con la sensación del deber cumplido. Otra cosa es cómo se ha cumplido, en términos del precio pagado por el rescate bancario, que seguirá dando que hablar como la intervención del Popular y la entrega por un euro al Santander, polémica decisión sobre la que correrán ríos de tinta. En cualquier caso, Guindos ha abierto esa veda, y el sector, en buena lógica, ha empezado a hacer sus quinielas por lo que se puede comprar, antes y mejor de que te pueda caer. BMN, fusionado ya con Bankia, no es un problema, y la caja madrileña sigue su propio guión, con Goirigolzarri al frente, antes de su privatización. Bankia queda así fuera del baile, como, por otras razones, también Bankinter, Abanca y Kutxabank. Y también Santander, después del episodio del Popu. Entre grandes y medianos, así es el juego, al menos en un plazo razonable de tiempo, teniendo en cuenta, además, que al BCE -tan exigente con los recursos propios- le gustan sobre todo los grandes, lo que no evita, en paralelo, que los grandes quieran ser más grandes, comiéndose otros de menor tamaño, para competir mejor entre sí. Ese es el panorama, desaparecidas ya las antiguas cajas y, más grave, el espíritu de aquellas entidades de ahorro y obra social. Ahora bien, no todos están en las mismas condiciones, y entre sus más y sus menos, hay tres medianos, Ibercaja, Unicaja y Liberbark, y tres interesados: BBVA, Caixabank y Sabadell, con ese orden. Liberbark es la entidad que más sombras tiene en el horizonte con su entrada en el bucle Popular, penalizado en la bolsa a pesar de las ampliaciones del capital (4.500 millones). Con el fin de preservar su independencia, Manuel Menéndez, con el apoyo de los accionistas, tiene ante sí una ampliación de 500 millones. La CNMV espera a esa operación para levantar la prohibición de las ventas a corto. A pesar de los pesares, en el sector se da por hecho que será, tarde o temprano, uno de los bancos absorbidos, y entre los posibles compradores está el Sabadell, que espera, sin ninguna decisión tomada, a un grito de socorro y a la evolución de los acontecimientos. El segundo banco en las quinielas es Unicaja, que salvó, con su salida a bolsa en junio, su principal problema, la devolución de los 604 millones al FROB por la emisión de los bonos convertibles (CoCos). El banco salva así la necesidad de ser absorbido -o lo que es lo mismo, mantener su independencia- pero no ha solucionado todos sus problemas (por ejemplo, el impacto de las cláusulas suelo). Por esa razón, Medel no ha renunciado al plan B (dual cash): la venta de una participación. Es el motivo por el que Caixabank estudia la compra de Unicaja, aunque el Gobierno andaluz rechazaría ese asalto. Pero, ojo, la iniciativa ha partido de la entidad andaluza y no ha sido mal recibida en Barcelona porque Caixabank daría un paso de gigante en Andalucía. Ibercaja, por último, interesa a BBVA, como ya les hemos informado, para competir con el Santander. Necesita crecer en banca doméstica y se ha fijado en el banco aragonés, donde tiene una importante cuota y también solvencia. Otra cosa es la resistencia numantina a esa posibilidad desde Aragón. Hay pesos pesados en esa  oposición, desde fuera y desde dentro de la antigua caja, la Fundación Bancaria e Ibercaja Banco, con la sombra alargada de Amado Franco, Manuel Pizarro y la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. Y, en cualquier caso, lo cierto es que no hay razones de solvencia que justifiquen la absorción de Ibercaja. Simplemente, la manía, en Fráncfort y en Madrid, del "burro grande, ande o no ande". Es decir, que todos los bancos deben tener cuanto más tamaño mejor. Más que un presupuesto económico se trata de una manía políticamente correcta. Rafael Esparza