Calentito estaba el mercado esta mañana de viernes con la presentación de resultados del primer trimestre de Repsol, pero uno se pone a la defensiva cuando en la primera página ya se habla de beneficio ajustado. La realidad contable es que el resultado asciende a 610 millones de euros (M€), 79M€ menos (o un -11,46%) que en el mismo periodo del año anterior. A partir de ahí, podemos hablar del resto de los términos de la cuenta de resultados.

El valor ha empezado la sesión subiendo, en torno a 20 céntimos, en línea con la suave recuperación en el último mes, tras el anuncio de venta de su 20,07% en Gas Natural Fenosa por 3.816 millones (con una plusvalía de unos 350 millones), y los últimos movimientos de compra de acciones propias (por unos 404 millones) para su amortización en función de las necesidades de emisión de nuevas acciones para cubrir los scrip dividend anunciados.

Claro que esa venta lleva apareja una duda: qué puede comprar. Sin embargo, la empresa no ha aclarado nada al respecto en su reunión con los analistas, pendiente como está del nuevo plan estratégico, que presentará el 7 de junio. Ha descartado, eso sí, una gran adquisición.

El resultado financiero mejora en 39 millones por los ingresos y el menor coste de coste de la deuda

Los ingresos de explotación han crecido un 7,9%, hasta situarse en los 11.522M€, debido a los 953M€ más en ventas, pero los gastos de explotación también han crecido en un 9,1% (+897M€), especialmente por los aprovisionamientos (lógico, el precio de las materias primas también crece para su negocio de refinamiento). El resultado de explotación se sitúa así en 796M€, frente los 844M€ del ejercicio 2017.

El Ebitda ha sido de 1.804M€, un 2,2% menos, que varía por áreas. El negocio de upstream ha sido el motor, apoyado en el mantenimiento de los altos precios del crudo y del gas y la mayor producción (a 727.000 barriles, un 4,8% más), con un Ebitda de 1.101M€ (+19,5%). Sin embargo, el área de dowstream se ha visto especialmente afectado por las paradas de mantenimiento de tres complejos industriales y su Ebitda se ha reducido en 228M€ (-15%), a 733 millones, y el crecimiento de sus ventas en un 0,3%.

El resultado financiero, de -81M€ (en el ejercicio pasado, -120M€), se ha visto ayudado por la buena marcha de los ingresos por negocios y la reducción del coste de la deuda (en 48M€), que se sitúa en los 6.836M€, frente a los 8.345M€ de marzo de 2017. Respecto a diciembre, no obstante, aumenta en 569M€ debido a las operaciones de autocartera registradas.

Por áreas geográficas, los resultados netos por upstream crecen en todas, destacando Europa, África y Brasil, con 94M€ más, Norteamérica (+70M€) e Hispanoamérica (+62M€). En dowstream destaca la caída del resultado neto de Europa en 85M€.

La exposición en Venezuela es de 1.100 millones, que ha afectado a la reducción de patrimonio (-779 millones)

El patrimonio neto de Repsol se ha visto reducido en 779M€ respecto al cierre de 2017. Han incidido las ya repetidas compras de autocartera y -348M€ por ajustes de la NIIF 9 contra patrimonio en su primera aplicación, en especial por los activos financieros vinculados a sus negocios en Venezuela, donde la sociedad calcula una exposición cifrada en 1.100M€. Como para fiarse de la tendencia neandertal del presidente del país y sus políticas bolivarianas.

Un último apunte, esta vez sobre la operación de venta de Gas Natural. A pesar del anuncio, está pendiente de algunas condiciones de obligado cumplimiento con una resolución máxima en seis meses. Entre ellas, el plácet de las autoridades de México, Corea de Sur, Japón y Alemania, además de la no oposición del Banco Central de Irlanda.