• Dos bandos en la familia: Rafael, Leopoldo y María frente a los rebeldes Fernando y Joaquín.
  • Qué casualidad que, tras el reparto de acciones, entre los tres primeros tienen alrededor del 37,8% de la compañía.
  • Más que suficiente para no perder el control del grupo.
  • Fernando, el menor de la saga, vendió su 3,1% a Rafael en noviembre de 2014.
Las relaciones entre los cinco hijos de Rafael del Pino Moreno se han ido deteriorando desde que falleció, en junio de 2008. No es la primera vez que lo vemos y tampoco será la última. Es el sino de las empresas familiares y de las herencias sustanciosas tirando a magníficas, cuyo reparto no queda bien atado por el progenitor antes de pasar a mejor –o peor- vida. El caso es que María, Rafael, Joaquín, Leopoldo y Fernando han estado peleados desde entonces. Concretamente, María, Rafael y Leopoldo frente a Joaquín y Fernando, los dos hermanos rebeldes. De hecho, el menor de los cinco, Fernando, decidió volar en solitario antes de la muerte de su padre, en 2006, aunque no fue hasta noviembre del año pasado cuando se desligó completamente de Ferrovial y vendió a Rafael su 3,1% del capital. En cualquier caso, ¿qué significa la rotura del pacto familiar anunciada esta semana? Que Rafael consolida su control en el grupo y que logrado 'expulsar' a Joaquín, el otro rebelde. Es decir, que podrá tomar las decisiones que quiera sin depender del visto bueno de los demás. Tras el reparto del 40,8% de Portman Baela, el presidente de Ferrovial -Rafael- pasa a controlar el 21,4% del grupo, Leopoldo se queda con el 8,3% y María con el 8,1%, más el 1,2% que todavía ostenta, junto a Joaquín, a través de la sociedad Casa Grande de Cartagena. Joaquín, por su parte, se queda con el 2,5% más el citado 1,2%. Es decir, entre Rafael, María y Leopoldo tienen –qué casualidad- alrededor del 37,8% de Ferrovial, una participación más que suficiente para no perder el control del grupo. Todas las riendas, eso sí, para Rafael. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com