• Las autoridades australianas prorrogaron el contrato por un periodo de ocho meses, hasta octubre de 2017.
  • Este controvertido negocio aportó unos 192 millones de euros en 2015.
  • Ferrovial siempre lo ha tenido claro: el mismo día que se hizo con la filial anunció que abandonaría la gestión de los centros de inmigración.
Rafael del Pino (en la imagen) puede respirar un poco más tranquilo. El Gobierno australiano ha anunciado este miércoles el cierre del centro de refugiados -si lo prefieren, centro de detención de solicitantes de asilo o centros de inmigración- situado en la isla de Manus y que gestiona la empresa Broadspectrum, filial de Ferrovial desde finales del mes de abril. Como recordarán, después de varios intentos, Ferrovial se hizo finalmente con el control de la empresa australiana, antigua Transfield Services, algo que perseguía Rafael del Pino desde 2014. No en vano, la compra de la australiana permitiría, además de la entrada en aquél país, la expansión en EEUU. Tal vez por eso, la adquisición de la compañía no fue fácil y Ferrovial tuvo que mejorar la oferta varias veces. En cualquier caso, no estuvo exenta de polémica: Broadspectrum tenía, entre sus activos, la gestión de dos centros de inmigración. Por cierto, un negocio que en 2015 aportó unos 192 millones de euros a la cuenta de resultados de la compañía. Pero Del Pino lo tuvo claro desde el principio: el mismo día que se hizo con el control de Broadspectrum anunció que abandonaría la gestión de estos centros, ya que no era parte de su negocio. Pero una cosa son los deseos y otra distinta, la realidad: el contrato con el Gobierno australiano no finalizaba hasta finales de abril de 2017. Es decir, a pesar del anuncio de Del Pino, Ferrovial no podía abandonar ese negocio antes de esa fecha. Peor aún se pusieron las cosas cuando el pasado lunes ocho de agosto, las autoridades australianas anunciaron una prórroga del contrato de seis meses. El anhelo del presidente de Ferrovial no se cumplirá hasta octubre de 2017. En este contexto se ha producido la noticia de este miércoles. "Tanto Papúa Nueva Guinea y Australia están de acuerdo en que el centro se va a cerrar" ha señalado el primer ministro de Papúa Nueva Guinea, Peter O'Neill en un comunicado. No se emocionen, las cosas de palacio...: "Se está estudiando una serie de opciones para su implementación. Es importante que este proceso no se precipite sino que se lleve a cabo con el cuidado requerido", puntualiza la nota. En otras palabras: no hay fecha para el cierre del centro. Mientras tanto, unas 800 personas siguen retenidas bajo unas condiciones muy criticadas por diversos informes internacionales que hablan, incluso, de más de 2.000 casos de abuso sexual. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com