• Renuncia a participar en la formación de Gobierno.
  • Y también renuncia a intervenir frente al desafío catalán.
  • O sea, lo contrario a su padre, que se pasó el reinado hablando con todo el mundo.
  • Es decir, ha abdicado de sus propias obligaciones.
  • El actual monarca trata con el pueblo a través del filtro progre de su esposa, la Reina Letizia.
  • Y en el caso Nöos, el monarca ha actuado con dureza extrema frente a su hermana Cristina.

El caso Nöos que ha comenzado en Mallorca ha puesto, aún más, al actual Monarca, Felipe VI (en la imagen), a la defensiva. Mientras nadie sabe si será posible formar Gobierno en España, el Monarca renuncia a su principal atribución. Un fontanero monclovita asegura a Hispanidad que en la difícil formación de Gobierno en España, en plena crisis secesionista catalana, a SM Felipe VI, ni está ni se le espera. Ni para lo uno ni para lo otro. Hablamos de un rey recluido y escondido, todo lo contrario a lo que fue su padre, que se pasaba los días hablando con uno y con otro. De hecho sus contactos con el mundo exterior, fuera de protocolo o los actos públicos pasan por el filtro de su esposa, la Reina Letizia, cada día con más mando en plaza. Y en estas empieza el juicio oral del Caso Nöos. La marabunta ruge de placer al ver a una infanta de España en el banquillo de los acusados. Es igual que la saquen del lío por la doctrina Botín: el caso es que ya está siendo juzgada. Con un poco de suerte condenada. Y si no la condenan mejor: así podremos seguir royéndonos el hígado con la injusticia con las clases altas. La infanta Cristina no ha renunciado a sus derechos sucesorios, como pretendía su hermano menor. La verdad es que es la séptima u octava en el acceso a la Corona, pero Felipe VI sería el primero en utilizar su condena -a título oficial que conste, no personal- para que quedara claro que nada quiere la Casa Real con presuntos delincuentes. Pero, en el entretanto, puede encargar la formación de Gobierno a quien le venga en gana; es un momento idóneo para su desarrollo… pero no piensa aprovecharlo Felipe VI. Considera que se juega mucho y se atendrá a la norma consuetudinaria: primero Rajoy, luego Sánchez, luego… nadie. Lo mismo con Cataluña, otra de sus prerrogativas: el Rey es el símbolo de la unidad de España, pero Felipe VI permanece al margen, no vayan a sacarle los colores. Eso sí, que su hermana rompa con la Familia Real. Un rey recluido y escondido. Al parecer considera que cada día que pasa es un día más como monarca. Y es verdad, pero eso no le asegura el futuro, porque, al final, la pregunta de los españoles será la misma: ¿Para qué sirve la Monarquía? Eulogio López eulogio@hispanidad.com