• Además, los islamistas han perpetrado 4.900 atentados, con un balance de 40.000 heridos.
  • La otra cara de esta guerra la sufre el EI: la coalición liderada por EEUU ha matado en dos años a 45.000 terroristas en Siria e Irak.
  • El general aliado al mando confirma que el Daesh tiene serios problema para engordar sus filas y reemplazar a los muertos en combate.
  • Sean MacFarland calcula que en estos momentos el EI cuenta, como máximo, con 30.000 combatientes.
Podría decirse que el mundo civilizado está ganándole la batalla a la barbarie terrorista, a tenor de las cifras de muertos en ambos bandos. Un estudio de la Universidad de Maryland ha calculado que un total de 33.000 personas han sido asesinadas a manos del Estado Islámico (EI), antecesores directos y aliados incluidos, de 2002 a 2015. La cifra es algo inferior a la que ha aportado el teniente general estadounidense Sean MacFarland sobre el número de yihadistas derribados en el marco de operación antiterrorista iniciada hace dos años. En total, MacFarland confirma que han matado a 45.000 terroristas en Siria e Irak. Claro que esta comparación es incompleta, porque no contempla el número de terroristas del EI asesinados a manos de los otros agentes implicados en la guerra de Siria, como los rusos, iraníes o el propio Ejército de Bashar Al Asad. Sea como fuere, el balance da una idea de la masacre acometida por las células yihadistas durante estos años. El informe, "Study of Terrorism and Response to Terrorism", ha calculado, además, que unas 40.000 personas han resultado heridas tras estos ataques, en un total de 4.900 atentados. A esto habría que añadirle la cantidad de individuos vejados y esclavizados en los territorios que el Daesh mantiene bajo su dominio, además de la gente obligada a huir de sus zarpas. Entre 2002 y 2013, los grupos que más tarde integrarían el Estado Islámico perpetraron prácticamente todos sus ataques (el 95%) en Irak. Pero a partir de ese año, el grupo extendió su terror a su vecina Siria y al resto de mundo. En el 80% de los casos, los yihadistas estallan artefactos explosivos en sus ataques (sólo el 16% de las veces usan armas de fuego). Pero lo que sí parece es que están debilitándose, según el diagnóstico aportado por el teniente general MacFarland en una rueda de prensa en el Pentágono. Asegura que el número de combatientes ha disminuido "no sólo en cantidad, sino en calidad", porque operan con menos eficacia y están teniendo problemas para engrosar sus filas y reemplazar a los muertos en combate. Contabiliza entre 15.000 y 30.000 personas adheridas a las milicias yihadistas. Daniel Esparza