• En seguimiento del nacionalismo catalán.
  • Y los cinco millones de votos de Podemos y sus afluentes son eso: el voto de los rencorosos.
  • ¿Ideología del nuevo Podemos? Por la insumisión hacia la violencia.
  • Lo de Podemos es la violencia psicológica, la provocación… hasta que el contrario entre.
  • Y entones empezará la violencia física. Como respuesta a una agresión, naturalmente.
  • Como en el antiguo PCUS, Iglesias deja a la colectividad el castigo a su adversario, Íñigo Errejón.
  • Cuya carrera política ha terminado.
Si Íñigo Errejón alberga, al menos la esperanza, de que Pablo Iglesias (ambos en la imagen), le 'integre' en el nuevo equipo directivo, es que Errejón es más tonto de lo que todos pensábamos. Su carrera política ha terminado porque Iglesias ha vencido la llamada a la unidad. Ahora mismo, con la victoria completada, llega la purga leninista. De entrada, Iglesias terminó con un abrazo a Errejón pero horas después aseguraba que debe ser el nuevo consejo de Podemos (al parecer no es consejo de administración, es ciudadano) quien decide su futuro. Es decir, no te fusilo yo, Íñigo, te fusila el partido, y tú puedes elegir dónde quieres ser fusilado. Es el PCUS soviético redivivo. Pero es lo de menos. Eran dos gallos pelándose por el poder y ha ganado Iglesias, que representa la línea dura, esto es, la más proclive a la violencia. No, lo peor es cómo va a ejercer esa violencia. Ya no estamos en 1917, año de la revolución de los soviets, sino en 2017. Por tanto. Ahora lo que se lleva es la violencia psicológica hasta provocar violencia física. Y todo ello alimentado por el rencor, porque España es, para nuestra desgracia, un país de resentidos. ¿Quién vota a Podemos? Los resentidos. ¿Resentidos de qué? Pues de no ser tan listos, tan pudientes o tan alegres como los que tienen más, son más listos o más alegres que ellos. ¿O es que acaso un país de resentidos necesita motivos para el rencor? Si no los tiene se lo inventa. Pero, insisto, lo de Podemos es la insumisión. Es decir, la violencia psicológica, la provocación verbal. Ese es el problema. Iglesias habla de llevar esa provocación a la calle, hasta que llegue un punto en que tenga que utilizarse la represión en defensa de la paz social, ciudadana, callejera. Ese es el momento en que Podemos-víctima se convertirá en Podemos-verdugo. En resumen, Podemos se lanza hacia la insumisión como arma política. Sigue así los pasos del nacionalismo catalán. Eulogio López eulogio@hispanidad.com