• Imputados Chaves, Griñán, Zarrias y Viera por presunta malversación de fondos públicas en el caso de los famosos EREs de la Junta de Andalucía.
  • Todos, excepto Griñán -que lo hizo la semana pasada-, renuncian a sus escaños.
  • La noticia sitúa a Pedro Sánchez y a Susana Díaz en un brete: él acaba de ser elegido candidato a La Moncloa y ella gobierna gracias al apoyo de Ciudadanos.
  • El magistrado Barreiro deja fuera del procedimiento a la exconsejera y senadora Mar Moreno, en la que no halla delito.
Este jueves, el Tribunal Supremo (TS) ha dado un puñetazo encima de la mesa y ha reivindicado la actuación de la juez Alaya, a pesar de que en demasiadas ocasiones ha sido discutida. Con su decisión ha hecho mucho más que cuatro imputaciones, ya que ha recolocado al PSOE en el escaparate de la corrupción. En concreto, el Supremo ha imputado a los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán (ambos en la imagen), así como al exconsejero de Presidencia andaluz Gaspar Zarrías y al exconsejero Empleo José Antonio Viera. De esta manera, el TS continúa el procedimiento abierto por indicios de presunta malversación de fondos públicos en el caso de los EREs fraudulentos de la Junta de Andalucía. Una decisión cuyas consecuencias no se han hecho esperar, pues los cuatro imputados, excepto Griñán -que lo hizo la semana pasada como senador autonómico- han renunciado a sus escaños en el Congreso. Así, lo ha anunciado a los medios de comunicación el secretario de Organización socialista, César Luena, que no ha dudado en presumir de que de esa forma el PSOE cumple el compromiso adquirido de que dejarían sus escaños si el Supremo les imputado. Si el caso Gürtel o la Operación Púnica puso en la picota al PP, el caso de los EREs ha colocado en el ojo del huracán al PSOE, particularmente al socialismo andaluz de los últimos 15 años. Y es que entre el año 2000 y el 2010, el TS calcula 855 millones de euros presupuestados fue lo que la Junta de Andalucía gastó y pagó en las subvenciones acordadas y concedidas, la mayor parte en los 77 EREs efectuados con pagos excesivos. La noticia de las cuatro imputaciones sitúa al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y a la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en un brete. Él acaba de ser elegido candidato para optar a La Moncloa en las próximas elecciones generales y no ha dudado en rodearse de una gran bandera española para alejar cualquier tendencia radical que se le adjudicaba tras los pactos alcanzados entre PSOE y Podemos tras el 24-M. Mientras, ella logró tras más de 80 días erigirse como presidenta andaluza, gracias al apoyo de Ciudadanos, pues los 'naranjitos' al final cedieron y aceptaron que Chaves no dejara su escaño hasta que no se pronunciara el Supremo sobre su imputación (en caso afirmativo dimitiría, tal y como ha sucedido este jueves). Paralelamente, el magistrado del TS Alberto Jorge Barreiro ha señalado que a pesar de que Griñán ya no es aforado, seguirá en el procedimiento del resto de imputados al existir razones de conexidad. Sin embargo, ha dejado fuera del proceso a la exconsejera y senadora Mar Moreno, en la que no ha encontrado delito. Las reacciones no se han hecho esperar. Juan Manuel Moreno, presidente del PP-A, ha señalado que es "un día triste" para Andalucia y que pedirá explicaciones tanto a Sánchez como a Díaz por la "década de corrupción" en el Gobierno andaluz. Por su parte, el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, califica el auto contra Chaves y Griñán como "demoledor" y "una enmienda a la totalidad" a su forma de gobernar "basándose en el clientelismo y la arbitrariedad, concediendo ayudas sin ningún control sobre el dinero público". Mientras, el presidente del grupo de Ciudadanos en el Parlamento andaluz, Juan Marín, ha señalado que habrían planteado una moción de censura a Díaz si Chaves, Zarrías y Viera no hubieran entregado sus actas. Cristina Martín cristina@hispanidad.com