• Mientras continúa el pitorreo del PSOE madrileño. Todos quieren ser candidatos a la Comunidad de Madrid: Gabilondo, Valcarce, Zerolo.
  • Y todos están dispuestos a quienes le apoyen a los militantes, pero ya se sabe cómo se computarán dichos apoyos.

Ya lo dijo el presidente del PSOE, Pedro Sánchez (en la imagen): "No me temblará el pulso" para echar a los corruptos del PSOE. Y poco después, insistió en que ya estaba "limpiando y cambiando" el PSOE. Eso, para ufanarse de haber fulminado a Tomás Gómez en Madrid, un señor al que todavía no había imputado ningún juez ni por la operación Púnica ni por el tranvía de Parla.

Y entonces viene lo del martes 17, aciago día. Va el Supremo, y sin la menor consideración por la batalla del PSOE, decide imputar al ex vicepresidente del Gobierno, Manuel Chaves, al ex ministro de Trabajo y ex presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán. Además del fatotum Gaspar Zarrías, un ex consejero de la Junta, y Mar Moreno. Es decir, todo el poder socialista andaluz, la gran bolsa de votos del PSOE, en pleno. Todo por el caso de los EREs y con el Supremo alineándose con la juez Mercedes Alaya, la bestia negra del PSOE.

Imputados y declarantes. Y entonces viene lo bueno: Gomez era cesado fulminantemente por corrupto no imputado; Chaves y compañía no son cesados ni se les fuerza a dimitir, a pesar de haber sido imputados por el Supremo. Y con Susana Díaz y las elecciones andaluzas al fondo, porque doña Susana no ha querido tener nada con los chicos de la juez Alaya. Ella, como su amiga Soraya Sáenz de Santamaría, están limpias e higiénicas.

Papelón el de Sánchez: a uno se les cesa para limpiar el partido de corrupción y a otros se les protege porque no hay narices para cesar a tanto previste del partido.

Y de fondo, la cuestión en sí: ¿debe un político dimitir por haber sido imputado? A eso se han comprometido PSOE y PP... cuando afecta al contrario.

En Hispanidad siempre hemos defendido que no. Que un político no debe dimitir hasta que sea condenado. Pues, qué ocurre si es imputado y más tarde declarado inocente? ¿quién le devuelve su honor y la justicia de su cargo?

¿Qué esto retrasa el castigo y la impunidad? Sí, es lo que suele ocurrir en los Estados de derecho.

No, Chaves, Griñán y compañía no deberían dimitir de sus cargos. Pero el amigo Sánchez tendría que aclararse un poquito o deberá ser el quien dimita como secretario general.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com