• La justicia salvadoreña confirmó la condena a 30 años de prisión dictada en 2008 contra Teodora Vásquez.
  • "El tribunal llegó a la conclusión de que la sentencia condenatoria debe de confirmarse", señaló una de las jueces del tribunal.
  • Amnistía Internacional se ha convertido en el paladín de la crueldad del aborto en el mundo.
  • No hay amnistía para el nonato.
La justicia salvadoreña confirmó este miércoles la condena a 30 años de prisión dictada en 2008 contra Teodora Vásquez, en una evaluación de la ley antiaborto del país centroamericano, informa Noticialdía. Vásquez, recluida en la Cárcel de Mujeres de San Salvador, enfrentó un proceso de revisión de la condena en una sala del Centro Judicial Isidro Menéndez de la capital, adonde acudieron en su apoyo activistas proabortistas que impulsan la despenalización del aborto en el país. "El tribunal llegó a la conclusión que la sentencia condenatoria en contra de Teodora Vásquez debe de confirmarse", señaló una de las jueces del tribunal que analizó la sentencia condenatoria dictada en 2008. Este miércoles, Vásquez recordó ante los tres jueces del tribunal lo que le sucedió ese día en que perdió a su hija, y no dijo nada más. "Que me concedan mi libertad, porque soy inocente, porque tengo familia por quien luchar, porque tengo gente que me quiere y necesita que yo esté con ellos", declaró ella. En un comunicado, tras la confirmación de la sentencia, la presidenta del Centro de Derechos Reproductivos, Nancy Northup, dijo que la decisión judicial fue "una bofetada" pues la acusada "nunca cometió un delito". Distintos organismos internacionales apoyaron a Vásquez, quien se ha declarado inocente del cargo por el que ha permanecido por casi diez años en prisión. A su vez, la directora de América para Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, consideró que "la trágica historia de Teodora es un triste ejemplo de todo lo que está mal en el sistema de justicia de El Salvador, donde derechos humanos parecen un concepto foráneo". Es decir, que los abortistas utilizan un caso puntual para promover la legalización del aborto, y encima como si fuese un 'derecho humano' en lugar de la aniquilación del ser humano más inocente y más indefenso: el concebido y no nacido. Al tiempo, Amnistía Internacional se ha convertido en un paladín del aborto en el mundo. No hay amnistía para el nonato. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com