• Ángel Ron tiene dos prioridades: reducción de costes y la operación inmobiliaria.
  • Y las dos son de vital importancia en el corto plazo.
  • Los sindicatos temen que si sale adelante la propuesta de ajuste, las condiciones se trasladen al resto del sector.
El Banco Popular lo tiene muy claro y ya ha advertido a los sindicatos: no va a modificar las condiciones anunciadas del plan de ajuste. Y si los representantes de los trabajadores se empeñan en el 'no', las 2.000 prejubilaciones se podrían convertir en despidos puros y duros. Lo cierto es que las negociaciones no han hecho más que empezar y lo más habitual en estos casos es que las diferencias iniciales se vayan suavizando. De hecho, la primera reunión suele servir para fijar los extremos, que se van acercando a lo largo de la negociación. En este caso, las condiciones de las 2.000 prejubilaciones y de las 1.000 bajas incentivadas no han gustado nada a los sindicatos. Temen, como les contamos ayer, que sientan un precedente en el sector. Estamos hablando de que el Popular quiere prejubilar a los 55 años con el 65% del salario, mientras que el BBVA lo está haciendo con el 80% del sueldo. En definitiva, aún queda mucha negociación por delante, pero el Popular ya ha advertido: son lentejas. O las tomas o las dejas. Y es que la reducción de costes es una de las prioridades que tiene Ángel Ron encima de la mesa. La otra es la operación inmobiliaria que tantos quebraderos de cabeza está causando. Y ojo, porque las dos son de vital importancia para el banco en el corto plazo. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com