• El caso Palau se convierte en el caso Mas.
  • El líder de ERC espera la llamada de Rajoy para forzar elecciones en Cataluña.
  • Pero esa llamada no se produce. De Soraya ya no se fía. Considera que es una avezada secretaria de Mariano… y nada más.
  • Si se le otorga un estatus especial para Cataluña que pueda vender como independencia, Junqueras forzaría unas elecciones que le convirtieran en presidente de la Generalitat. 
Cataluña está partida entre un grupo de gente que piensa frente a otro que siente. Y lo malo es que el independentismo se ha convertido en la nueva religión y el modelo de vida para los independentistas. El vicepresidente Oriol Junqueras (en la imagen) lo sabe muy bien. Y también sabe que la independencia de Cataluña no es posible. Así que busca que Mariano Rajoy acceda a sacar un estatus distinto para Cataluña, y de esta forma anular el referéndum. Algo que el líder de ERC pueda vender a los independentistas como independencia o estado asociado sin serlo. De hecho, no podría ser como Euskadi, pero si tener más competencia y juguetear algo con la palabra nación. Eso sí, para eso Junqueras exige ser presidente de la Generalitat y promete forzar unas elecciones anticipadas que acabarían con Convergencia y con el espíritu mismo de Artur Mas, ya muy quemado con el caso Palau, ahora caso Artur Mas. Pero Junqueras quiere la promesa de Rajoy. No se fía de Soraya, porque tras entrevistarse muchas veces con la vicepresidenta sabe que es poco más que una secretaria de primera sin voz propia que sólo hace lo que le dice Mariano Rajoy. Eulogio López eulogio@hispanidad.com