• Es decir, continúa en niveles históricamente considerados como muy preocupantes.
  • Paradoja: el BCE pide más esfuerzos a las entidades al tiempo que mantiene los tipos en mínimos y exige provisiones adicionales.
  • A ver si nos entendemos: el banco bueno es el que tiene poca morosidad, no mucho capital.
La banca española cerró 2016 con una morosidad del 9,11%. El dato facilitado este viernes por el Banco de España es mejor que el de noviembre, cuando la tasa alcanzó el 9,21%, pero sigue por encima del 9%, el nivel históricamente considerado como muy preocupante y del que no hemos bajado desde mayo de 2012. En este contexto, el Banco Central Europeo se descolgó el pasado día 15 pidiendo más esfuerzos a las entidades europeas, precisamente para reducir la elevada morosidad, lo que no deja de ser una paradoja. Porque, al tiempo que exige más ambición en la reducción de los créditos problemáticos, la entidad que preside Mario Draghi (en la imagen) mantiene los tipos de interés en niveles tan bajos que imposibilitan el negocio clásico bancario. Y, por si esto no fuera suficiente, al mismo tiempo exige provisiones más elevadas para esos créditos problemáticos, lo que sin duda arrastrará los resultados de más de una entidad. A ver si nos entendemos: el banco bueno no es el que tiene mucho capital sino el que tiene poca morosidad. Y la morosidad solo bajará a niveles aceptables cuando el negocio bancario vuelva a ser negocio. Y eso es imposible con tipos al cero. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com