• Y es que el ministro Íñigo Méndez de Vigo es un hombre oportuno.
  • Para despistar, también se llevan la medalla al mérito de las Bellas Artes: José Luis Perales y El Roto.
  • Otrosí: Soraya expulsa a Jorge Moragas de Moncloa.
  • La campaña catalana ha sido la gota final… pero Soraya no pide disculpas por su desastre.
Consejo de Ministros del viernes 22 de diciembre. El muy oportuno ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, ha concedido la Medalla al Mérito en las Bellas Artes, en su versión oro, al grupo de rock mexicano Maná, que se hizo tristemente célebre en España tras conocerse los posados de la actual Reina de España, SM Reina Letizia, para los posters de sus discos. ¿Era necesario, 'Gómez de Lugo', otorgarle tamaña distinción justo cuando Puchi brama que la República catalana ha vencido a la Monarquía española? Eso sí, como buen demócrata, don Íñigo también le ha concedido idéntico galardón a José Luis Perales y a El Roto. Todo ello mientras Rajoy salía a escena a la defensiva, nervioso, intentando disimular un batacazo electoral en Cataluña y negando todas las evidencias. Por ejemplo, que el desastre catalán, de 11 a tres diputados, tendrá repercusiones en el resto de España y sobre todo, en una derecha jacobina emergente (la de Ciudadanos) frente a un PP que se avergüenza de su humanismo cristiano (sea lo que sea lo que ese concepto signifique) y que quiere ser derecha progresista y muy 'modelna'. Es el comienzo del fin de la carrera política de Mariano Rajoy, pero don Mariano continúa comportándose como si en lugar de su Gobierno hablara de su propiedad. Asegura que agotará la legislatura aunque sigue sin explicar cómo, mientras la sombra de Rivera crece. Si vamos hacia una derecha que gestiona y no una derecha que gobierna, si vamos a una derecha huérfana de valores cristianos, mejor el joven Rivera, sin complejos frente a los nacionalistas, que al muy veterano Rajoy intentando aparentar lo que no es: progre. Tercer escenario: entre la referencia del Consejo de Ministros, además de la medalla para Maná, y alguna que otra inversión pública en el AVE vasco (el ferrocarril es la única obra pública de este Gobierno) figura el nombramiento del director de Gabinete del presidente, Jorge Moragas, como embajador ante Naciones Unidas. Es decir, se va, como en su día envió Zapatero a Bibiana Aído, a descansar a la sede oficial del Nuevo Orden Mundial (NOM), donde se conspira contra la sensatez pero, eso sí, sin estrés. La coña es escuchar a Mariano Rajoy decir que lo había pedido tiempo atrás. No, se va dando el portazo. Lo cierto es que Moragas, que ha dio muy útil a Rajoy como interprete de inglés (Rajoy está en el 'my tailor is rich') y se hizo imprescindible. Pero la vicepresidenta y su jefa de Gabinete, 'la Caracoles' (en su DNI, María González Pico) se han encargado de arrinconarle todo lo posible. La gota que ha colmado el vaso ha sido su marginación total en las elecciones catalanas. Moragas es catalán pero no se ha comido una rosca, mientras el dúo Soraya-Caracoles, encargadas de plantear una estrategia para Cataluña, han fracasado en el empeño pero todo el mundo calla. ¡Qué cadáver tendrá en el armario Soraya que mete la pata una y otra vez y nadie le dice nada. Eulogio López eulogio@hispanidad.com