• Seguimos sin responder a la pregunta clave: Revolución digital sí, pero, ¿para qué?
  • Porque si se trata de convertir el mundo en un patio de comadres casi me quedo como estoy.
  • Y el ministro Nadal confunde los medios con los fines.
Se ha iniciado en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el curso de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), dedicado a la digitalización. Inaugura el ministro de Agenda Digital, Álvaro Nadal, junto al consejero delegado del BBVA, Carlos Torres. (De izquierda a derecha, Miguel Ángel Noceda (APIE), Juan José Sota (Gobierno de Cantabria), Álvaro Nadal, César Nombela (UIMP), Carlos Torres Vila (BBVA) y Amancio Fernández Rodríguez (APIE) durante la inauguración. Nadal promete que llegará la banda 3,5 para lanzar, sin fecha, a la quinta generación de móvil. Bien pero sigue sin concretar esa revolución digital a la que, por el momento, nadie pone cara. Pero sí hay una idea de fondo, a la que alude el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres Vila como el ministro Nadal: la apertura del mundo de los datos va a fomentar la competencia… y destruir la intimidad. Es igual: los accesos de fiebre no perdonan. Al final, vino la pregunta del millón de dólares. Mejor las dos preguntas. Al ministro Nadal se le podría preguntar: 1.- Y toda esta revolución digital, ¿para qué? Porque si se trata de convertir el mundo en un patio comadres casi me quedo como estoy. 2.- Para Carlos Torres, la pregunta es más prosaica: dado que el BBVA presume de pionero digital: ¿cuánto ha invertido en banca digital y cuánto ha ganado? Naturalmente, Carlos Torres no responde. Al parecer, es un cálculo difícil. Y lo es, porque ese es el problema. Que la digitalización, como todas las revoluciones tecnológicas, ni quitan ni ponen. Es la utilización que se haga de las mismas, a las que pone o quita. Y de ahí se deduce la otra falacia, la del ministro Nadal, cuando asegura que la gente de ciencias debería ligar más que la de letras. No hombre, no, las tecnologías nos hacen progresar pero no avanzar. Es un medio, no un fin. Son las humanidades las que nos hacen avanzar. Eulogio López eulogio@hispanidad.com