• La energética germana perdió 8.450 millones en 2016 tras la segregación activos de generación en Uniper.
  • Es la consecuencia del cambio de modelo: sustituir el carbón y la nuclear por las renovables.
  • El presidente, Johannes Teyssen, prefiere hablar de un año de transición por los "profundos cortes financieros".
  • E.On deberá aportar 10.000 millones al almacén de residuos nucleares, de los que ha provisionado 8.000.
  • Y también anuncia un ajuste del 3% de la plantilla: recortará 1.300 empleos.
La germana E.ON cerró 2016 con unas pérdidas atribuibles de 8.450 millones de euros, el 20,7% más, como consecuencia de la segregación de los activos de generación convencional en su filial Uniper, en la que controla el 46,65%. Uniper salió a bolsa en septiembre y desde entonces todavía no se ha recuperado. La alemana ha presentado este miércoles los resultados 2016. Fue un cambio en la estructura derivado de los cambios regulatorios introducidos por el Gobierno Merkel, que llevan a su vez a cambio de modelo energético: sustituir el carbón y la energía nuclear (más barata y limpia) por las renovables (sobre todo eólica y solar). RWE hizo lo mismo: separar sus negocios convencionales -nuclear, gas y carbón- de las energías renovables, las redes y la comercialización. En el caso de E.On, teniendo en cuenta todo, los negocios escindidos y los que tendrá que aportar este año para financiar el almacén de residuos nucleares, las pérdidas en el año ascienden a 16.007 millones de euros, el 151% más. Hay que tener en cuenta que deberá aportar 10.000 millones para eliminar la basura atómica, de los cuales ya ha provisionado, en 2016, unos 8.000 millones. El presidente del grupo alemán, Johannes Teyssen, ha preferido referirse a 2016, por estos motivos a un año de transición con "profundos cortes financieros". Sin esos extraordinarios, E.On redujo su beneficio neto un 16%, hasta 904 millones, y el operativo un 13%, hasta 3.112 millones. También redujo la facturación, un 11 %, hasta 38.173 millones, y las inversiones, un 2%, hasta 3.169 millones. Espera que todo cambie en 2017, aunque ya anunciado un ajuste del 3% de la plantilla, que supondrá el despido de 1.300 trabajadores, y una reducción de la deuda a medio plazo, ahora en 26.300 millones, hasta 20.000 millones. Rafael Esparza