• El ministro germano ha sido duro con todos los países en la estabilidad fiscal y con todos los bancos en solvencia.
  • Y es que Deutsche Bank es mucho Deutsche Bank: tiene 57 billones de euros en activos fuera de balance.
  • Asusta pensar cuántos de esos activos están en derivados, en riesgo, y repartidos por todo el mundo.
  • El Gobierno alemán busca un acuerdo rápido en EEUU para acabar con el suspense de la multa de 12.500 millones.
  • Esa multa dejaría temblando al gigante bancario, con recursos propios valorados en 14.300 millones.
  • Y en banco anuncia el recorte de otros 1.000 empleos en Alemania, dentro de su reestructuración.
El todopoderoso ministro de Financias alemán, Wolfgang Schäuble, tiene un doble discurso, según el foco de su mirada: dentro o fuera de las fronteras germanas. Ahora está en Washington para asistir a las reuniones del FMI, y abierto también a hablar con las autoridades americanas sobre la multa que afronta en ese país el germano Deutsche Bank, que tantos temores despierta en el sector financiero alemán, europeo y global. Demasiados parecidos con la quiebra de Lehman Brothers. Tanto Deutsche Bank como el Gobierno germano han rechazado la posibilidad de un rescate para salvarlo de la ruina -en contra de lo publicado en la prensa germana-, pero eso sería un extremo y el otro, permanecer indiferente ante la multa de 12.500 millones por su responsabilidad en la crisis de las subprime. Y por ahí van los tiros en estos momentos. De hecho, el Ejecutivo germano busca mantener conversaciones discretas con las autoridades americanas, informa Reuters, para que el banco logre un acuerdo rápido en las negociaciones que mantiene para rebajar la multa. Y eso es precisamente lo que sorprende, precisamente, teniendo en cuenta la dureza del Gobierno germano en sus exigencias al resto de los países europeos en todos los ámbitos. Donde dije digo, digo Diego. Funcionarios del Gobierno alemán han reconocido ya contactos "a todos los niveles" para que se acorte el plazo de un acuerdo que dé tiempo a Deutsche Bank para recuperarse. Por cierto, el banco ha anunciado el recorte de otros 1.000 empleos en Alemania, que se suman a los 3.000 anunciados de junio. Y todos ellos están dentro de los 9.000 previstos para recortar costes y aumentar competitividad. El ministro Schäuble no tiene previsto reunirse con funcionarios del Departamento de Justicia en su viaje a Washington. Faltaría. Pero las fuentes del Gobierno alemán admiten que "puede haber otros encuentros". Y es en este punto donde emerge la contradicción de Schäuble, el guardián de la ortodoxia en solvencia financiera, como saben todos los bancos. Schäuble ha sido todo menos indulgente con los problemas que atravesaban las entidades españolas, irlandesas, griegas o chipriotas. Fue especialmente duro en contra del rescate financiero de la banca española, por ejemplo (quedó en 40.000 millones cuando podría haber alcanzado los 60.000 millones). Y Schäuble ha sido también el guardián de la ortodoxia fiscal mirando con fijación a cualquier país que se saltara las reglas de Bruselas y cualquier reunión del Ecofin o el Eurogrupo. Con el límite del 3% en el déficit público, por ejemplo, tiende en un suspiro a los países del sur, del mismo modo que se precipitó al pedir una multa a España por no cumplir en este punto. Y otra cosa, naturalmente, es que Alemania lo hubiera incumplido hace años. Los problemas que asustan de Deutsche Bank Pero la situación de Deutsche Bank es delicada también, muy delicada, como sabe la bolsa, que baila a su son. Las cifras a las que accedido Hispanidad las tiene en mente también Schaeuble y asustan. Es el primer banco alemán, pero también un banco global -sus créditos están repartidos en todos los países- y la multa de 12.500 millones de euros en EEUU, si es esa cantidad finalmente, lo dejaría temblando. Los recursos propios de la entidad, actualmente en 14.300 millones, quedarían en algo menos de 2.000 millones de euros. El grupo alemán, con unos activos totales en balance de 1,6 billones de euros, 1,6 veces el PIB español. El apalancamiento de Deutsche Bank es fuerte, pero el problema realmente importante está en sus activos fuera de balance -no se cuentan precisamente porque están fuera de balance-, que suman la barbaridad de 57 billones de euros. Asusta pensar cuántos de esos activos están en derivados, en riesgo, y repartidos por todo el mundo. No todo serán compromisos de pago (estarán también en otros instrumentos, como fondos de inversión), pero sí muchos millones. Una referencia histórica. En 2008, la aseguradora AIG tenía activos por un billón de dólares y otro billón en derivados, pero las pérdidas en esos productos, tras su quiebra, exigieron al contribuyente americano un pellizco de 18.000 millones en el rescate. ¿Cuántos millones tiene en derivados Deutsche Bank? Buena pregunta. Rafael Esparza