• Europa ofrece a los países africanos un fondo de 1.800 millones de euros a cambio de intensificar el control de sus fronteras.
  • El Gobierno sueco impone controles temporales en su frontera.
  • Eslovenia cerca su frontera con Croacia.
  • Alemania frena su política de "bienvenidos refugiados".
  • Y España propone su modelo de cooperación y asociación con los países de África, con ejemplos tan exitosos como Marruecos y Senegal.
Los líderes europeos buscan estos días en Malta la solución a la crisis de refugiados sirios. En la Cumbre de La Valeta los jefes de Estado o de Gobierno de la Unión Europea se reúnen con sus homólogos de los países africanos miembros de los procesos de Rabat y de Jartum y los observadores del proceso de Rabat, así como con los representantes de la Comisión de la Unión Africana y de la Comisión de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO), las Naciones Unidas y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), para tratar el fenómeno de la migración bajo el enfoque de la responsabilidad común entre los países de origen, tránsito y destino de migrantes. Entre los resultados más tangibles de la Cumbre de La Valeta cabe señalar la constitución de un Fondo Fiduciario de la Unión Europea para África, con unos 1800 millones de euros, a través del que se encauzarán los proyectos destinados a mejorar la gestión conjunta del fenómeno migratorio. España, a través del presidente del Gobierno Mariano Rajoy, desea subrayar, con ocasión de esta Cumbre, su modelo de cooperación y asociación con los países de África, con ejemplos tan exitosos como Marruecos y Senegal, que colaboran con nosotros en aspectos como la vigilancia conjunta de las fronteras, la cooperación en el ámbito policial y de inteligencia, o la adecuada ejecución de una política de retorno eficaz. No obstante, el contexto de esta cumbre no es proclive a lo anterior. Por ejemplo, en Suecia, el Gobierno ha decidido imponer controles temporales en su frontera. El ministro del Interior, Anders Ygeman, dijo: "La Agencia de Inmigración está bajo una presión extrema", afirmó en lo que viene ya siendo un mantra en el país con mayor número de refugiados per cápita de Europa. "No podemos asegurar la acogida", dijo por su parte el responsable de Inmigración, Mikael Hvinlund, que ha solicitado la medida, cuenta El Mundo. Tampoco es buen precedente que Eslovenia empezase ayer a levantar una cerca de alambre de púas en su frontera con Croacia para evitar la entrada descontrolada de inmigrantes en el ya sobrecargado país alpino, mientras varios jefes de gobierno europeos y africanos se reunían en Malta para buscar soluciones a largo plazo al flujo de refugiados que recorre Europa, informa El Día. Y en Alemania, el gobierno parece sin embargo dispuesto a enterrar la política de "bienvenidos refugiados" de la canciller y, con el beneplácito de ésta, que mira hacia otro lado, a poner cortafuegos a la llegada y permanencia de refugiados en su territorio, contó también El Mundo. En cualquier caso, Europa habla mientras los refugiados mueren.  Y de momento, Europa no ha dado con la tecla de la solidaridad. Por eso, Europa fracasa de momento... José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com