• Pyongyang traspasa las 'líneas rojas' con un misil a 2.700 kilómetros en dirección a EEUU y sobrevolando Japón.
  • Repite el mismo error que hace ocho años, con la excusa, entonces, de que quería poner un satélite en órbita.
  • Japón toma nota de la amenaza, EEUU constata que la "contención" de estos días no ha servido y Seúl avanza represalias.
  • El Consejo de Seguridad de la ONU podría reunirse, pero Kim-Jong-Un no ha hecho caso hasta ahora a ninguna resolución.
Corea del Norte ha disparado este martes un nuevo misil, ignorando de nuevo las advertencias de EEUU, Japón y su vecino Corea del Sur. No sólo eso; el gesto, esta vez, ha sido cualitativamente más provocativo -el misil ha recorrido 2.700 kilómetros en dirección a EEUU, sobrevolando Japón-, lo que ha encendido, más si cabe, a los tres países, que esperan una reacción de China y Rusia para contener a Kim-Jong-Un (en la imagen, con los presidentes de los tres países afectados). El régimen comunista repite el mismo error que en 2009, cuando lanzó un proyectil sobrevoló Japón, con la excusa de que portaba un satélite que quería poner en órbita. El salto, ahora, es de otra naturaleza: Pyongyang aprieta el gatillo en medio de una tensión creciente en la zona. Los detalles los ha confirmado el Gobierno japonés. El misil cayó en el océano Pacífico, dividido en tres partes, a unos 1.180 kilómetros de la costa nipona. "Es una amenaza grave, seria y sin precedentes contra Japón", ha señalado su portavoz, Yoshihide Suga. Corte del Norte hace de su capa un sayo, de nuevo, burlando las resoluciones de la ONU, pero une más a los tres países que lideran la posible respuesta. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ya ha hablado con el presidente americano, Donald Trump, y ha pedido una reunión urgente del Consejo de Seguridad "para presionar aún más a Corea del Norte". Para EEUU, el golpe norcoreano deja en agua de borrajas la contención formal de los últimos días, a la espera de los frutos diplomáticos y el diálogo bilateral. Corea del Sur, por su parte, ha vuelto a advertir a Kim-Jong-Un sobre las represalias a las que se enfrenta, ha insistido en que lo de hoy es "otra flagrante violación" de las resoluciones de la ONU, y ha desplegado cuatro cazas F-15K para lanzar bombas cerca de la frontera desmilitarizada que separa a las dos Coreas. Rafael Esparza