• Del precio de la vivienda, se entiende.
  • El 70%, si es vivienda turística.
  • No es que la norma no existiera con la crisis: es que no se cumplía.
  • Ahora, el problema está en la morosidad, que o baja o deja sin margen el negocio hipotecario.
  • Y luego está el crédito promotor.

En el sector bancario sólo se habla del miedo a una segunda burbuja inmobiliaria. Por eso, en las nuevas hipotecas, la orden consiste en ofrecer hasta el 80% del precio del piso o el 70%, para el caso de residencia turística. Sí, ya existía esta norma, o similar en el pasado, lo que pasa es que no la cumplía nada. Y ojo, que tampoco con esta reducción de la cuantía del préstamo todo está finiquitado. Si la morosidad no desciende del 6%, la banca puede pillarse los dedos. ¿Y con el crédito promotor? Ahí no hay otra regla que la buena suerte y el mejor olfato. Al final, las reticencias en los comités de riesgos se han ido deshaciendo por una razón muy simple: las normas poscrisis coincidían en no otorgar ningún crédito salvo a grandes prestatarios. Y resulta que las grandes empresas preferían emitir bonos, máxime cuando don Mario Draghi, especialista en hundir economías y hundir sectores bancarios, lo ponía fácil: compraban cualquier tipo de deuda corporativa. Eulogio López eulogio@hispanidad.com