Al ver los resultados de Coca-Cola European Partners (CCEP), la ‘megaembotelladora’ europea que preside Sol Daurella, cabe preguntarse si ha tocado techo. Y es que el beneficio neto contable ha caído un 15,5% en el primer trimestre, aunque mantiene los ingresos, justo al revés de lo que sucede en la multinacional de Atlanta.

Las cuentas de CCEP son algo liosas. Por una parte, el beneficio neto contable se ha situado en 124 millones de euros, un 15,5% inferior al de hace un año, pero en términos comparables, ganó 162 millones (+15,5%). 

Los ingresos han ascendido a 2.378 millones, en línea con los del primer trimestre del año pasado. Algo que no ha logrado James Quincey en la firma de Atlanta, cuyos ingresos se han desplomado un 16%. Eso sí, el volumen de ventas ha bajado un 2,5% por las condiciones meteorológicas desfavorables, el impacto de los cambios en la relación con clientes, sobre todo, en Francia y decisiones en el segmento de agua.

Por áreas geográficas, destacar que Iberia (España, Portugal y Andorra) sigue siendo el principal mercado de CCEP (22% del total), aunque sus ingresos han bajado un 0,5%. En Francia, han caído un 4,5%, mientras que en Reino Unido han subido un 3% y en Alemania, un 1,5%.

Las marcas Coca-Cola han continuado descendiendo (-2%), mientras que Coca-Cola Zero Azúcar se dispara un 8,5% por la guerra al azúcar. Las bebidas de sabores y energéticas han subido un 1%, aunque también hay que destacar la caída en las bebidas sin gas (-9%), “principalmente debido a decisiones estratégicas en relación a nuestro portfolio de marcas”, señalan en el comunicado.

Y cómo no, sigue avanzando la ‘gestión Daurella’ (fusionar, despedir, desmantelar). En el primer trimestre, los costes de reestructuración han alcanzado los 44 millones. Esto se debe al ‘Programa de Integración y Sinergias’, así como al cierre de la planta de producción en Milton Keynes y del centro de distribución en Northampton, ambos situados en Reino Unido.