• Muhtar Kent se queda como presidente no ejecutivo: no tenía fuerzas para afrontar la nueva etapa marcada por un consumidor que combate el azúcar.
  • En mayo, le sustituirá James Quincey, director de Operaciones, que ya tiene el apoyo de Warren Buffet, accionista de referencia.
  • A la multinacional de Atlanta le preocupan los impuestos sobre bebidas azucaradas, pero aún más la caída del consumo, ante un público obsesionado con su salud.
  • La tasa para luchar contra obesidad y diabetes se ha puesto de moda en Europa: Bélgica, Portugal, Reino Unido y España la han aprobado.
  • Se suman a Francia, donde el impuesto a refrescos existe desde 2012, un problema más para Sol Daurella.
Este viernes, se ha conocido un gran cambio en Coca-Cola. En concreto, en el puesto de Ceo, que desde 2008 ocupaba Muhtar Kent (en la imagen). Esta es la última maniobra en las entrañas de la multinacional de Atlanta para adaptarse a la obsesión mundial por la salud. Pero Kent no se despide de la 'marca de la felicidad', se quedará como presidente no ejecutivo -un cargo más institucional-, pues no tenía fuerzas para afrontar la nueva etapa con el auge de los impuestos a refrescos. Pero no es ningún 'sacrificio', al igual que tampoco lo fue su renuncia al bonus de 2,3 millones de euros el año pasado… porque cobraba diez veces más. El actual director de Operaciones, James Quincey, sustituirá a Kent como Ceo el próximo mes de mayo. Un cambio que cuenta con el beneplácito de Warren Buffet, principal accionista de Coca-Cola a través de su fondo Berkshire Hathaway. Quincey lleva en la 'marca de la felicidad' desde 1996 y es uno de los responsables de su expansión por Europa y México. Pero a la multinacional de Atlanta no le preocupan los impuestos a las bebidas azucaradas, sino la caída del consumo. Un hecho mucho más grave. Y es que la gente sí está inquieta por las referencias que se hacen sobre la obesidad y la diabetes por el consumo del refresco, rico en azúcar. Y el azúcar es pecado mortal. Recuerden que el impuesto a las bebidas azucaradas para luchar contra estas dos enfermedades está de moda en Europa: Bélgica, Portugal, Reino Unido y España ya lo han aprobado. Además a estos cuatro países hay que sumar Francia, donde la tasa a refrescos existe desde 2012. Por lo tanto, se acumulan los problemas para la presidenta de la 'megaembotelladora' europea, Sol Daurella, que se ha pasado al independentismo catalán. Sólo ha logrado parar el impuesto a refrescos en Alemania, donde por el momento no se lo plantean. Cristina Martín cristina@hispanidad.com