• Nuestro país importa más del 99,5% del crudo que consume y ya ha ahorrado 10.839 millones de euros hasta septiembre.
  • El transporte, los servicios, etc. también se benefician y los españoles tienen más poder adquisitivo.
  • Pero las compañías del sector toman medidas: despidos masivos, menos inversiones, cierre de pozos…
  • Hace un mes, Imaz (Repsol) presentó su plan estratégico 2016-2020 y lo fió todo al barril en 50 dólares.
  • Ahora, el Ceo ve riesgos en el crudo barato para "la recuperación que empieza a ser un hecho".
El hecho de que el petróleo esté barato es bueno para unos y malo para otros. Ya saben, como dice el refrán, nunca llueve a gusto de todos. El contexto de precios bajos que vive el oro negro, al igual que una moneda, tiene cara y cruz: España, entre otros países, está muy feliz, pero las petroleras están más bien preocupadas y en alerta. Empecemos hablando del precio del crudo. El barril de Brent, de referencia en Europa, volvió a bajar del nivel de los 50 dólares hace un mes, tras conocerse que la economía de China -mayor consumidor energético del mundo- ralentizó su crecimiento por debajo del 7% en el tercer trimestre. Este viernes, el barril de Brent ha abierto en 44,22 dólares en el mercado de futuros de Londres, rondando su nivel más bajo en seis años. Goldman Sachs apunta en un informe que podría mantenerse así durante más tiempo del previsto. Nuestro país se ve muy beneficiadoe en este escenario porque tiene gran dependencia del crudo, pues importa el 99,5% de lo que consume. Precisamente, el hecho de que el petróleo esté barato ha permitido que España haya ahorrado 10.839 millones de euros hasta septiembre, según informa La Razón. Esta cifra se debe a la reducción de las importaciones de crudo (de 33.865 millones a 23.026 millones), según datos publicados el pasado jueves del Ministerio de Economía. El secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, subrayó que esta caída ha contribuido también a que el déficit comercial cayera hasta los 18.642 millones (-1,1%). Pero no son las únicas consecuencias positivas de un petróleo barato. Sectores como el transporte, los servicios, etc. también se han visto beneficiados. Además, los españoles tienen más poder adquisitivo y les cuesta mucho menos llenar el depósito de su coche o de su caldera. ¡Algo que no está nada mal! Pero las compañías del sector petrolero no están tan contentas. De hecho, llevan tiempo tomando medidas para intentar solventar la situación, como despidos masivos, menos inversiones, paralización o suspensión de proyectos, cierre o congelación de pozos, etc. Hace un mes, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, presentó el plan estratégico de la compañía para 2016-2020. Pero fue muy optimista, se comprometió a mantener el dividendo de un euro y lo fió todo a un barril en 50 dólares. Sin embargo, el pasado jueves, el Ceo de la petrolera española advirtió de los riesgos que puede tener un escenario de bajos precios del crudo "a medio-largo plazo" para "la recuperación que empieza a ser un hecho". Es más, añadió que habrá un momento en que esta situación deje de ser sostenible para los países productores y si se une la falta de inversiones, la oferta podría tener dificultades de cubrir la demanda. Sin embargo, el Ceo de Repsol ha olvidado las consecuencias del acuerdo nuclear alcanzado con Irán. Y es que este país pronto podrá volver a vender su oro negro en el mercado internacional, lo que supondría un incremento notable de la oferta y con ello, una nueva presión sobre los precios a la baja. Hace diez días, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) señaló que el petróleo seguirá siendo barato hasta 2020 y prevé que aumente la dependencia de los países de Oriente Medio, pues tiene costes de producción bastante inferiores y los conflictos ya no disparan el precio. De hecho, Arabia Saudí continúa produciendo a gran escala para volver a ser el primer productor mundial -posición que le arrebató EEUU- e impidiendo más desarrollo del 'fracking', que no es rentable a un precio inferior a los 60 dólares. Mientras, Irak está vendiendo petróleo a 30 dólares y podría incrementar aún más su producción en 2016. Conviene subrayar que a un precio barato no se va a dejar de consumir crudo. Algo que no les hace ninguna gracia a los ecologistas y menos en vísperas de que se celebre en París la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21). Cristina Martín cristina@hispanidad.com