• El grupo cooperativo crece en la gestión de activos (vulgo fondos).
  • Las cláusulas-suelo también han supuesto un varapalo impotente en 2016.
  • Al final, estamos ante un consolidado de 40.000 millones de euros.
  • La reforma del crédito cooperativo ni está... ni se le espera.
Cajamar es el líder financiero del cooperativismo agrario español. Frente a su balance consolidado, el resto de cooperativas de crédito funcionan cada una a su aire, digamos que moralmente lideradas por la Rural de Navarra, que siempre se ha negado a integrarse en el Grupo. Y probablemente la cosa seguirá así durante mucho tiempo salvo que haya sustos. Y eso porque la reforma del crédito cooperativo estaba prevista para la anterior legislatura (la larga). No pudo ser, así que todo quedó en nada y ahora, en Economía o en el Banco de España, nadie quiere meterse en nuevos berenjenales. La segunda etapa de la crisis bancaria está en puertas. Y así, Cajamar ha presentado las cuentas de resultados correspondientes al Ejercicio 2016. Aumenta la capitalización pero la morosidad continúa muy alta, por encima del 13%. Al final, Cajamar, verdadero laboratorio del cooperativismo financiero agrario, es un consolidado de casi 40.000 millones de euros, con más de 4 millones de clientes y donde más crece es en gestión de activos, en definitiva, canalizar y gestionar el ahorro líquido de esas lecciones a través de fondos de inversión. Y es que servir al agricultor implica hacerlo en todas sus necesidades. No en vano, uno de los problemas a los que se ha enfrentado Cajamar durante 2016 y comienzos de 2017 ha sido las cláusulas suelo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com