• Engorda a 42 la lista de cotizadas del sector, aunque se despeña un 5% desde el precio de salida.
  • La burbuja alcanza a todos los frentes (suelo, promoción, alquiler y bolsa), tras dos años de fiebre compradora.
  • Se repite por enésima vez la fórmula: fondo buitre que compra, en este caso Castlelake, a la espera de plusvalías.
  • Es el recorrido a la vista cuando no han acabado los problemas en los bancos por la burbuja anterior.
La promotora de viviendas Aedas Homes se ha sumado este viernes a la larga lista de empresas del sector que cotizan en bolsa (42 ya), aunque no lo ha hecho con buen pie. En su estreno ha caído más de un 6%, fijando precio en 31,65 euros por acción, y después ha seguido bajando hasta perder el nivel de los 30 euros (-5%). Es una más, en efecto, en una lista con la misma cantinela de fondo, el de una burbuja inmobiliaria bis, aunque técnicamente -los analistas son así- no se puede hablar de ello, sino de oligopolios financieros. Cosas de los analistas. Es el último tramo, en cualquier caso, con la misma fórmula: un fondo de inversión oportunista -en este caso el norteamericano Castlelake- que compra activos durante un tiempo -en ese caso suelo y sobre todo a la Sared, donde han dejado los restos los bancos con problemas tras las crisis del ladrillo-, para crear una cartera con consistencia, en este caso una promotora, que finalmente rodara en bolsa, en este caso en el mercado continuo). Especulación en estado puro, dicho de otro modo: la intención de Castlelake no es otra que embolsarse una pasta, primero poniendo en el mercado una parte, en ese caso el 40% de la sociedad, y después con la venta del resto. La operación de Castlelake es más de lo mismo que hizo Lone Star, otro fondo oportunista, en Neinor Homes, otra socimi en la que el fondo ya redujo su participación del 39% al 12%, aprovechando que Neinor subía un 17% desde su salida a bolsa, en marzo. En plata: se forran y se van. Eso sí, poniendo al frente a un experimentado hombre del sector, en este caso David Martínez (en la imagen) -ha trabajado para el BBVA y San José en la operación Chamartín, en las Cuatro Torres de la Castellana y en la junta de compensación de Valdebebas- pero eso no cambia el objetivo: salir con las mayores plusvalías. Es lo mismo que están haciendo el resto de los fondos buitre que operan el sector inmobiliario español, con promotoras o alquiladoras, y socimis (Hispania, Merlin, LarAxiare y un largo etcétera), en una doble burbuja, inmobiliaria y bursátil. La única novedad, en el caso de Aedas, está en la capitalización, 1.580 millones en el punto de arranque -ahora bastante menos-, que le convierte en la segunda promotora por volumen, después de Neinor Homes (1.389 millones ahora). Rafael Esparza