• La Fiscalía de Brasil ha puesto el foco en 54 políticos y altos cargos por el escándalo de corrupción en la petrolera estatal.
  • El desconocimiento de la identidad de los acusados lleva a la tensión en el Congreso. 
  • Por el momento, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se ha salvado de ser investigada.
  • Los nombres de quienes serán investigados no fueron divulgados porque las causas están bajo secreto judicial.
  • Pero el fiscal general Rodrigo Janot, que presentó la solicitud, pidió el levantamiento de esa reserva. 

La que se ha liado en Brasil en torno al caso de corrupción de Petrobras es buena. También conocido como Lava Jato, en el escándalo de corrupción se desviaron entre 3.000 y 6.000 millones de euros para pagar comisiones ilegales por amaños de contratos públicos a directivos de la petrolera, de las constructoras y a importantes cargos políticos.

Ya contamos que la Procuraduría -el procurador general, Rodrigo Janot- ha pedido al Supremo Tribunal Federal abrir investigaciones sobre políticos con fueros para determinar si participaron en la monumental trama de corrupción que sacude a la petrolera.

La solicitud incluye 28 procesos que involucran a 54 personas, entre ellos políticos con cargos vigentes. Los nombres de quienes serán investigados, si la corte lo aprueba, no fueron divulgados porque las causas están bajo secreto judicial. Pero el fiscal general Rodrigo Janot pidió el levantamiento de esa reserva. Se especula con figuras tanto afines al gobernante Partido de los Trabajadores y sus aliados como a algunos opositores.

El caso está en manos del juez Teori Zavascki, uno de los diez miembros del Supremo Tribunal Federal que actuará como instructor y que no se propone divulgar los nombres hasta tanto no decida si acepta las denuncias de la Fiscalía.

Mientras, cunde el pánico en el Congreso brasileño. "Obviamente, hay un clima de tensión y ansiedad en el Congreso", declaró el ministro de Relaciones Institucionales, Gilberto "Pepe" Vargas, quien admitió que "hay mucha preocupación" con las sospechas que circulan de forma oficiosa, que apuntan tanto a políticos del oficialismo como de la oposición.

Una tensión que se ha visto reflejada ya, cuando el presidente de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) del caso Petrobras, Hugo Motta (del PMDB), intercambió gritos en la primera sesión, celebrada este viernes.  "¡Exijo respeto!", gritó a varios diputados que mostraban con vehemencia su disconformidad por la creación de subcomisiones sin consultar al resto de los asistentes. El diputado del PSOL Edmilson Rodrigues llegó a levantarse de su silla y a encararse a Motta frente a su mesa, pero otros parlamentares acabaron separándoles. "En el lugar de donde vengo, quien grita no es un hombre", le dijo Motta.

Por el momento, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se ha salvado de ser investigada, según lo dispuesto por la Fiscalía de Brasil, como recoge el medio de comunicación El Telégrafo.

Hasta ahora, la policía había detenido a ex directivos de Petrobras y a un grupo de empresarios que participaban de negocios ilegales con la estatal, de la que se supone que se desviaron fondos multimillonarios para financiar campañas electorales y sobornar a legisladores, entre otros casos. Muchos de los detenidos aceptaron acuerdos de colaboración con la justicia a cambio de una futura reducción de penas, bajo la figura de "delación premiada", y denunciaron que los sobornos eran favorecidos por políticos, que de acuerdo a las informaciones obtenidas por la prensa serían en su mayoría de la base que apoya a Rousseff.

Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com