• Chile da el primer paso en el Congreso hacia la despenalización del aborto y los obispos recuerdan que condenar a muerte a bebés por nacer es una grave injusticia.
  • Se pretende despenalizar el aborto en los casos de riesgo para la vida de la madre, malformación fetal y violación.
  • Pero los obispos chilenos aportan soluciones provida y respetuosas con la madre a cada uno de los supuestos.
  • Chile es uno de los pocos países donde el aborto está ilegalizado en todos los casos junto a Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Malta y El Vaticano.
El Congreso chileno ha dado un primer paso hacia la despenalización del aborto en tres supuestos: cuando peligra la vida de la madre, malformación fetal y violación. La Comisión de Salud de la Cámara de Diputados dio luz verde a la iniciativa de legislar con lo que el proyecto del Ejecutivo socialista arrancará su tramitación en el Parlamento. La iniciativa deberá ser discutida en la Cámara de Diputados antes de pasar al Senado. La medida había sido anunciada el pasado 21 de mayo por la presidenta, Michelle Bachelet (en la imagen), destacada representante del Nuevo Orden Mundial en su país. O sea, de la cultura de la muerte en su país. Ante ello, obispos chilenos han recordado que condenar a muerte a los niños por nacer es una grave injusticia y han aportado soluciones que respetan la vida y a la madre en los tres supuestos, recoge Fides: "Sostenemos que no constituye aborto la acción de suyo terapéutica para salvar la vida de una madre en peligro, cuando no busca eliminar directamente la vida de la persona concebida, aunque su muerte sea una posibilidad prevista, aunque no querida o buscada". "Si la criatura falleciera como consecuencia no deseada ni intentada, de un procedimiento directamente orientado a sanar a la mujer en situación de grave riesgo, no se podría calificar de aborto", se lee en el documento. Frente al embarazo de una mujer violada, "no nos parece humano dejarla sola en el drama que ha sufrido, y tampoco es humano privar de la vida al más indefenso e inocente, que es su hijo". La iglesia Católica chilena ha manifestado la necesidad de un Estado y de una sociedad "activa y presente" en el sostener a las madres y a sus hijos El cardenal Ricardo Ezzati, presidente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), dijo que "con claridad y fuerza denunciamos que (una violación) se trata de una agresión brutal, pero con la misma claridad y fuerza planteamos el derecho a la vida del que está por nacer. Condenarlo a morir es una grave injusticia", recoge Aciprensa. "Debemos respeto a la vida del inocente, de un ser débil que no puede defenderse y que puede ser víctima del atropello más grande que un ser humano pueda sufrir: negarle el derecho a vivir", sentenció. "Se pretende establecer una contraposición engañosa entre el derecho a elegir de la madre y el derecho a la vida del hijo que está por nacer. Entonces: ¿Qué justifica que la libertad de la madre esté por encima del derecho a la vida de su hijo?", cuestionó el Cardenal. El purpurado reiteró que "la agresión que supone una violación es injustificable" y explicó que "junto con la injustificable y dolorosa situación de la mujer y madre, no se puede silenciar que también está en juego una tercera persona, que es inocente, una vida que no tiene ninguna culpa de haber sido concebida, y que, por consiguiente -permítame decir- no ha cometido ningún delito para ser condenada a muerte". Hay que recordar que Chile es actualmente uno de los pocos países provida, es decir, donde el aborto está ilegalizado en todos los casos. En concreto, el aborto se prohíbe en todas sus causales en Nicaragua, República Dominicana, El Salvador, Malta y El Vaticano. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com