• O sea, otro argumento absurdo de los abortistas.
  • También destacaron que el grado de civilización de una sociedad se mide por la protección a los más débiles.
  • Un médico contó que en su consultorio ha visto a mujeres de 80 años que han tenido abortos y que, al contarlo, terminan llorando.
  • "Hay que salvar la vida del embrión, pero al hacerlo a la que primero se trata de salvar es a la mujer misma", dijo.
  • Todo ello porque el Gobierno del presidente derechista Mauricio  Macri anunció que va a enviar al Congreso el proyecto de reforma del Código Penal. Es decir, que va a legalizar el aborto.
El Gobierno de Mauricio Macri (en la imagen) anunció que va a enviar al Congreso el proyecto de reforma del Código Penal, que se debatirá en marzo y que entre otras cosas, liberalizaría el aborto. De hecho, el Gobierno argentino dio libertad de acción a sus legisladores para debatir dicho proyecto parlamentario para legalizar el aborto. Y eso que el presidente Macri, al igual que su antecesora y actual senadora opositora Cristina Fernández (2007-2015), se manifestaron en contra del aborto libre en la Argentina. Así que 70 diputados presentaron un proyecto de ley para despenalizar el aborto. En Argentina existe el aborto por riesgo de salud de la madre y por violación de una mujer considerada "idiota o demente". Sin embargo, la reforma modificaría el artículo 86 del Código Penal, ampliando esta práctica para los casos de violación, sin obligación de denunciar al violador, y por peligro para la salud mental de la madre (el mismo coladero que en España). En ese contexto, tres expertos de Argentina reunidos en un panel ratificaron los argumentos en defensa de la vida del niño por nacer en medio del intenso debate por el inminente ingreso de la reforma del Código Penal que plantearía la liberalización del aborto, publica Aciprensa. Un ingreso que ha sido permitido por el actual presidente, el liberal Mauricio Macri, que dice estar en contra del aborto pero luego promociona su ampliación. El panel 'La vida es un don' reunió el martes 6 de marzo en el auditorio de Schoenstatt de Buenos Aires al Arzobispo de Rosario, Mons. Eduardo Martín; al doctor Jorge Correa Morales, médico ginecólogo; y al abogado Horacio Morel, del área educativa de la Obra del padre Mario Pantaleo. El abogado Morel, que hizo de moderador, analizó el proyecto de ley que 71 legisladores presentaron ese día en el Congreso para despenalizar el aborto. El médico Correa Morales señaló que el aborto no es primariamente una cuestión de legislación o de salud pública, sino de antropología, del valor de la mujer y el varón en sí mismos. Se preguntó qué concepción de la vida tenemos y observó que cuidar el corazón que late en un embrión a los 23 días no significa cuidar cotidianamente la vida de cada corazón que me rodea: "debemos cuidar los latidos del corazón de todas las personas". "Estar a favor de la vida exige esa coherencia: no descartar a nadie, no matar con la indiferencia, no descuartizar con una mirada, jugarse por la esperanza, el futuro que nos espera y que no sabemos qué posibilidades abrirá, a las personas por nacer y a las personas ya nacidas", dijo. Comentó cómo actuaría él si en un accidente en la calle encontrara a una persona aparentemente sin señales de vida: procuraría masajear el corazón, hacerle respiración boca a boca, por más que pareciera infructuoso. Y se preguntó: ¿Por qué darle el beneficio de la duda a un cadáver y no al embrión que está en la panza? "Hay que salvar la vida del embrión, pero al hacerlo a la que primero se trata de salvar es a la mujer misma", dijo. Señaló lo profundo con que la mujer vive el instinto de madre que la naturaleza le regaló. Y contó que en su consultorio ha visto a mujeres de 80 años que han tenido abortos y que al contarlo terminan llorando. Cuestionó la presión social y familiar que deja en soledad a la mujer, sin el afecto que creía que tenía, y la lleva a aceptar algo que contraría a su naturaleza. Y añadió que él procura aconsejarle, para evitar ese trance: "Esto vos te lo podés sacar del cuerpo pero nunca te lo vas a poder sacar del corazón". Al respecto, se refirió al proyecto Raquel, iniciativa para reconciliar consigo mismas a mujeres que han abortado. Mons. Martín a su vez habló de la misericordia y de comprensión del drama que vive una mujer: "el aborto siempre es un drama, no es algo alegre". Citando a Mons. Luiggi Giussani, animó a mirar la totalidad y tratar de entender la cuota de verdad que puede haber en el otro. "La caridad más difícil es perdonarme a mí mismo", dijo al comentar la experiencia sacerdotal en estos y otros temas en que el odio al pecado no debe llevar al odio al pecador. Expuso que los preceptos de la ley natural son asequibles pero no son de fácil conocimiento para todos. "La gracia de la fe, el encuentro con Cristo, ayudan a una verdadera inteligencia de la realidad, dijo", mencionando al Papa emérito Benedicto XVI. Asimismo, animó a los cristianos a "dar razones de nuestra esperanza". Mencionó también las quince razones que el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, médico no católico, expuso al vetar la ley de aborto sancionada en su país, entre ellas la del ADN, que es igual en la gestación que a los 90 años y que el grado de civilización de una sociedad se mide por la protección a los más débiles. "La gran tentación es eliminar el problema eliminando un factor, pero ello no resuelve el problema y no cancela el drama. La ley no va a eliminar el drama de la mujer que aborta", dijo Mons. Martín. El Arzobispo añadió que estamos educados para amar la verdad y marcó distintas falacias que se repiten. Preguntó qué razonabilidad tiene marcar un límite de 14 semanas del embrión para realizar un aborto y qué diferencia tiene con 14 semanas y un minuto. Luego hubo un intercambio de opiniones y preguntas entre el centenar de personas, en su mayoría jóvenes, que llenó el auditorio. Entre otros, el doctor Alberto Riva Posse, psiquiatra, recordó que la Academia Nacional de Medicina, de la que es miembro de número, dio varias declaraciones en el sentido de que el aborto implica quitar la vida a un ser humano. También se mencionó la labor de entidades como Grávida, que buscan sostener a las mujeres que se encuentran en el dilema de abortar y que están saturadas de pedidos de ayuda. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com