• Telefónica España es la que más aporta al Ebitda del grupo.
  • Reduce la deuda pero no hasta el punto que tenía previsto.
  • Lo mejor: la inversión aumenta un 17%: la fibra de Telefónica llega a 15 millones de domicilios, la cobertura 4G, al 60% de Europa y a un total de 10 países iberoamericanos.
  • Telefónica compromete con su accionariado la reducción de un 1,5% de su autocartera y el mantenimiento de un dividendo de 0,75€ por acción.
  • La compañía afronta batallas complicadas con Competencia, en los próximos meses: la utilización de su fibra óptica por otras telecos  y el visto bueno a la compra de Canal .
  • Mientras tanto, ha logrado un acuerdo en exclusividad para los partidos de la temporada 2015-2016 con el Fútbol Club Barcelona.

Parece que el 2014 ha sido para la compañía que preside Cesar Alierta un ejercicio de afrontar una serie de encrucijadas que se me antojan cruciales para la marcha de Telefónica.

Nunca he escondido mi percepción sobre la compañía, a la que he considerado un arcaico gigante empresarial, con plantillas sobredimensionadas, aún con herencias estructurales de su época de monopolio, pero en un camino de renovación tecnológica acelerada dentro de un mercado, como es el de las telecomunicaciones, con una feroz competencia tanto comercial como tecnológica, en el que los márgenes son reducidos, las inversiones importantes y en el que la presencia en todos los mercados es esencial para mantener el pulso competitivo, aunque la cuenta de resultados no sea siempre positiva.

Así, Telefónica se nos presenta al final de este ejercicio con unas cifras de resultados aún peores que las del tercer trimestre. El beneficio neto final se ha situado en 3.001 millones de euros (M€), lejos de los 4.593M€ del 2013 (-34,7%), cifra ya suavizada por los extraordinarios del ejercicio 3.252M€, pues el resultado antes de impuestos ha sido aún más desalentador, ya que los 3.635M€ han quedado un 42,1% por debajo de los del año anterior. Las explicaciones de la compañía de este revés han sido la dotación extraordinaria por la adhesión al sistema de cambio venezolano SICADII, que le ha supuesto un ajuste de 399M€, dotaciones a gastos de reestructuración (405M€) y el ajuste de valor de la sociedad Telco SpA (257M€). Pero el importe de la facturación del ejercicio, un 11,7% menor, y el resultado financiero, también inferior en un 1,6%, han sido decisivos para considerar al 2014 como un ejercicio "para olvidar" en lo referente a la cuenta de resultados.

El EBITDA asciende, al cierre, a 15.515M€ un 18,7% menos que en 2013. Por segmentos geográficos, Telefónica España ha contribuido con un 36,6%, las emergentes Brasil e Hispanoamérica con un 22,8% y 26,2% respectivamente, y Reino Unido con un 11,24%.

Tampoco ha sido una buena noticia la cifra de deuda. La compañía esperaba cerrar el ejercicio por debajo de los 43.000M€ de endeudamiento neto, pero la realidad es que ha cerrado en 45.087M€, de los que 1.231M€ se deben al impacto de la SICADII venezolana, un sistema de intervención del cambio del Bolívar venezolano frente al resto de las divisas. La deuda financiera total bruta asciende a 59.782M€ en su mayor parte (84,8%) a largo plazo.

El esfuerzo inversor en la modernización tecnológica de la compañía durante el 2014, ha sido de 9.488M€ un 16,9% más que en 2013. Telefónica ha logrado que la fibra óptica haya llegado a un total de 15 millones de domicilios y que la cobertura de la tecnología 4G alcance a un 60% de Europa y a un total de 10 países iberoamericanos.

A pesar de estas cifras, Telefónica compromete con su accionariado la reducción de un 1,5% de su autocartera y el mantenimiento de un dividendo de 0,75€ por acción. Y ojo, la bolsa ha recibido bien los resultados de la operadora.

Al margen de los objetivos anunciados para 2015, como el crecimiento de los ingresos en un 7%, ligera bajada del EBITDA y el ajuste de la deuda, se le avecinan batallas complicadas con la competencia, en especial en el negocio de la fibra óptica. Telefónica ha realizado una inversión considerable que está siendo utilizada por la competencia con tarifas muy competitivas, cosa que ha irritado a la compañía, que amenaza con renunciar a la compra anunciada en 2014 de la plataforma de televisión de pago Canal y la retirada del servicio de alta velocidad por fibra óptica a un gran número de abonados, pues considera que ese esfuerzo inversor y tecnológico realizado no le resulta rentable.

Finalmente, el prestigio de la compañía ha conseguido un acuerdo en exclusividad para los partidos de la temporada 2015-2016 con el Fútbol Club Barcelona y de esponsorización deportiva para Hispanoamérica por dos temporadas más.

Rodrigo de Silos

rodrigode@hispanidad.com