• Y también el ministro de Exteriores, que destaca la oportunidad para España de acoger a las empresas.
  • El problema es que ni la CNMV ni el Gobierno aclaran cómo, cuando la competencia de Fráncfort crece.
  • Guindos pidió a Albella que la Comisión juegue un papel importante pero, de momento, ni el Investors Day.
Las voces a favor de que España se convierta en una plaza financiera, aprovechando la salida del Reino Unido de la UE por el Brexit son una constante. Ahora bien, hay un problema: ninguna instancia oficial dice cómo ni cuándo se puede crear una City madrileña, lo que deja la cuestión en mera hipótesis. Esa voz, ahora, es el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, aprovechando su presencia en el Spain Investors Day. Lo ha dicho, además, junto al presidente de la CNMV, Sebastián Albella (en la imagen), encargado para esa misión por el ministro Guindos. Dastis ha aprovechado el foro para resaltar las fortalezas del mercado español y del país, "inmerso en una Europa que no pasa su mejor momento tras la crisis migratoria o el Brexit". Por eso, goza de unas oportunidades inmejorables para acoger a las empresas que deban deslocalizarse del Reino Unido. ¿Cómo? Eso es lo que no ha dicho, a pesar de que tenía delante a los 250 representantes del mundo económico y financiero nacional e internacional presente en la cita. Y lo mismo cabe señalar de Sebastián Albella, que se ha limitado a señalar que hay en estudio medidas fiscales "más allá del ámbito estricto de la CNMV" para rebajar la carga tributaria, en la misma línea que anunció Fráncfort, favorita para acoger lo que a Londres se le escape. Albella abunda, sin embargo, en su propósito de impulsar la función del regulador para la correcta supervisión de los mercados con el proceso de modernización que requiere. La cuestión que dejó caer Guindos en la toma de posesión de Albella, por tanto, sigue en el alero: "La CNMV tiene que jugar un papel importante para aprovechar la reunificación de los actores financieros". La respuesta, de momento, se limita al comunicado en inglés de la CNMV, en diciembre", sobre las acciones del organismo ante el Brexit, en el que jugaba a dos bandas: que pocos países se han puesto a trabajar en ello (a la defensiva) y que el regulador se empeñará en garantizar un ambiente de supervisión "razonable y sólido" (al ataque) con el fin de que "España sea la opción más atractiva para las entidades financieras" que dejen el Reino Unido. Poca cosa, más allá de algunas medidas como un "programa de bienvenida" dedicado a las empresas de inversión y gestión con sede Londres, una interlocución en inglés, facilidades para que puedan organizar el traslado de su negocio a España o un esquema para aligerar ese proceso en cooperación con el Banco de España. Rafael Esparza