• Por eso pide a la juez Lamela, de la Audiencia Nacional, que admita las querellas presentadas por bonistas.
  • Los minoritarios y el Gobierno tampoco entienden los pagos de 11,5 millones a Benjumea y de 4,5 millones al ex ceo.
  • Los bancos apuran los plazos si quiera para llegar a un acuerdo para pagar las nóminas de diciembre.
  • Y el Gobierno y la Junta de Andalucía insisten en lo único que pueden hacer antes del 20-D: presionar para un acuerdo.
Hasta el ministro de Industria, José Manuel Soria, ha tenido que reconocer este miércoles que "no hay novedades" en la fase preconcursal en la que se encuentra Abengoa, que es lo mismo que admitir que no hay avances en las negociaciones ente los bancos acreedores, los proveedores y la empresa. Pero eso es una cosa y otra, muy distinta, los flecos que colean y seguirán coleando en el naufragio de Abengoa, como las abultadas indemnizaciones pagadas a los directivos por una empresa en plena crisis. Felipe Benjumea, ex presidente de Abengoa, y Manuel Sánchez Ortega, ex consejero delegado, recibieron, en concreto, 11,5 y 4,5 millones de euros, ante de la que la empresa entrara en preconcurso. Y eso, que ha sido cuestionado desde el Gobierno por los ministros de Industria y de Economía, tampoco es visto con buenos ojos por el fiscal José Perals, al que llegaron las querellas presentadas por dos bonistas de Abengoa y el abogado Felipe Izquierdo. En suma, ese fiscal ha pedido a la juez de la Audiencia Nacional Carmen Lamela que admita a trámite las querellas, en las que se acusa a los dos directivos de delitos de administración desleal por haber "antepuesto sus intereses personales" a los de la sociedad. Y a se une, en el caso de Sánchez Ortega, otro delito uso de información privilegiada, teniendo en cuenta que el ex ceo fichó, tras su salida de Abengoa, por la gestora BlackRock, que tomaba poco después "fuertes posiciones bajistas" sobre el valor. En esas querellas no sólo se cuestionan el pago de las indemnizaciones, en lugar de "salvar a sus miles de inversores", sino que se plantea su supuesto fraude de grandes dimensiones porque afecta a una empresa nacional e internacional, del sector energético, y que da trabajo a miles de personas. Son, en fin, no pocas razones las que ha tenido en cuenta el fiscal para defender la competencia en el caso de la Audiencia Nacional para que tramite las querellas. El escrito del fiscal está acompañado, además, de la abundante documentación pedida a la empresa sobre los pagos, las operaciones de compra y venta de acciones desde principio de julio. También reclama al juzgado de lo Mercantil los datos de la solicitud de preconcurso y a Deloitte, el último informe sobre la cuenta de resultados. El frente judicial corre en paralelo, por tanto, al de las negociaciones con los bancos acreedores. El escollo singue donde estaba. No se ha movido. Se lo contamos ayer miércoles, al informar de que la banca pondrá dinero para pagar las nóminas de diciembre, pero con dos condiciones: que los proveedores acepten un retraso de 50 millones en los pagos que les corresponde cobrar de Abengoa y que el Instituto de Crédito Oficial (ICO) inyecte 20 millones de euros. Ese es el horizonte, a muy corto plazo, al que se ajusta los bancos, para no perjudicar sus cuentas de resultados de este año -con provisiones- y en el que se mueven también la Junta de Andalucía o el Gobierno. Lo que llegue a Abengoa, que sea después de las elecciones generales. El ministro Soria ha vuelto a pedir este miércoles un esfuerzo para alcanzar un acuerdo que impida el concurso de acreedores. Sería lo deseable, pero choca con las crecientes dificultades financieras que ven los bancos para las supervivencia de Abengoa como es ahora mismo. Tampoco los fondos de inversión quieren inyectar dinero. El consejero andaluz de Economía, Ramírez de Arellano, por su parte, ha llamado a encontrar mecanismos de ayuda de las administraciones públicas y ha pedido a los bancos que "arrimen el hombro". "Cada uno tiene su papel en este escenario tan complejo", ha dicho, y ha apuntado a "un optimismo moderado", aunque habrá que estar "muy pendiente de acontecimientos". Rafael Esparza rafael@hispanidad.com