• Les ha llamado la banca acreedora, harta de las exigencias de los fondos 'normales' (bonistas).
  • Ahora, todo el mundo se conforma con 550 millones de euros para llegar a octubre y empezar la nueva etapa.
  • Y esto porque el nuevo equipo está jibarizando Abengoa: abandona proyectos y vende otros.
  • Ahora bien, si no se aportan esos 550 millones la nómina de julio peligra.
  • Los 'hedge fund' exigen, también, la garantía de Atlántica Yield aún en poder de la banca.
  • Lo peor: con los fondos buitre la deuda de Abengoa se eterniza un poco más.
  • Las condiciones de bancos y bonistas ya resultaban bastante draconianas.
Decíamos el otro día que el plan de ventas estaba retrasando el acuerdo entre los bonistas y la banca. En un primer momento, los bonistas se comprometieron a poner 600 millones de euros, pero al final se echaron atrás. Y lo malo es que los bancos acreedores, el llamado G-6, ya se había comprometido a que la empresa continúe en pie. Por eso, además de exigir a la empresa un plan de ventas creíble, el G-6, harto de las exigencias de los bonistas, ha decidido pasar al ataque y ha llamado a la puerta de los fondos buitre, siempre dispuestos a entrar en empresas en estado crítico a precio de ganga, naturalmente. Sin duda, una manera de presionar a los fondos 'normales', a los bonistas, que podrían no cobrar nada en caso de que Abengoa finalmente se vaya al garete. En cualquier caso, ahora ya no hablamos de que aún faltan entre 600 u 800 millones de euros. Ahora, todo el mundo se conforma con 550 para llegar a octubre y empezar la nueva etapa. Y eso porque el nuevo equipo directivo, liderado por Antonio Fornieles, está jibarizando la empresa, bien porque abandona proyectos o bien porque los vende. Los últimos ejemplos, las ofertas recibidas por las plantas de etanol en Estados Unidos, o el ERTE presentado este miércoles por Inabensa, compañía participada por Abengoa. Sea como fuere, mucho cuidado, porque si no se aportan esos 550 millones, la nómina de julio –paga extra incluida- peligra seriamente. Como se pueden imaginar, los 'hedge fund' tampoco están dispuestos a entrar a cualquier precio. Exigen, por ejemplo, la mejora garantía, esto es, la de Atlántica Yield que aún está en poder de la banca y que iban a entregar a los bonistas. Y ojo, porque si los fondos 'normales' exigían un interés, pongamos, del 15%, los fondos buitre no se conforman con menos del 30%. En definitiva, entre la banca, los fondos y los bonistas, están extorsionando a Abengoa. Y lo peor de todo es que con los fondos buitre, la deuda del grupo andaluz se eterniza un poco más. Las condiciones impuestas por los bancos y por los bonistas ya resultaban bastante draconianas. ¿Qué puede ocurrir? Lo lógico es que los bonistas entren en razón y vuelvan al acuerdo que tenían prácticamente cerrado con la banca hace dos semanas. La alternativa de los fondos buitre es mucho peor para ellos. Y lo saben. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com