• De hecho, Gonzalo Urquijo no tomará el poder hasta que se evite el concurso y se clarifiquen las ventas.
  • Y en este punto, ha sorprendido el traslado a Luxemburgo de sus dos joyas: se busca agilidad para vender.
  • Convoca la junta extraordinaria para el 22 de noviembre y anuncia las condiciones para el canje de acciones.
  • Parece que conseguirá el apoyo del 75% de los acreedores, pero con prórroga en el plazo.
Abengoa ha apurado los plazos para convocar la junta extraordinaria de accionistas sin despejar el problema principal, el respaldo del 75% de los acreedores al plan de reestructuración. Y de ese apoyo depende el desenlace de todo lo demás: la nueva Abengoa y la ejecución de lo previsto en el plan de rescate. La tecnológica andaluza ha comunicado a primera hora este viernes a la CNMV, tanto la convocatoria de la junta para el 22 de noviembre, que tendrá lugar en la sede sevillana Campus Palmas Altas (en la imagen), como la propuesta del canje de acciones (A y B), con las condiciones para fundirlas en un único título, que deberán aprobar también los accionistas. Y a partir de ahí, también, el giro copernicano en la estructura de la propiedad. El desconcierto provocado por la empresa, en consecuencia, ha sido total, aunque encaja dentro de la lógica del momento procesal que vive Abengoa. De momento, se prepara para un fin de semana de infarto, mientras le van llegando las adhesiones de los acreedores que todavía no se han pronunciado. El buzón sigue abierto en la página web de la compañía, que avisa de los días que quedan: cuatro (este viernes). No obstante, parece indicar que finalmente conseguirá el apoyo del 75% de los acreedores, pero con prórroga en el plazo. Las dificultades se han acumulado, como les informamos el pasado miércoles, 19, para conseguir el apoyo necesario en el plazo previsto. Entre las propuestas comunicadas a la CNMV figura también la renovación del Consejo de Administración, con Gonzalo Urquijo, el hombre elegido por la banca al frente, para gobernar los destinos de Abengoa. Pero Urquijo no tomará el mando hasta que se despejen dos problemas: que se consiga el 75% de las adhesiones, que es el modo de evitar el concurso de acreedores tras la homologación judicial, y se clarifique las ventas de activos, del que depende también el futuro de la tecnológica. Sobre este punto, también ha sorprendido el traslado a Luxemburgo de las dos joyas de la corona de Abengoa, como ha informado del diario El Economista: Atlantica Yield y el AT3, la planta de cogeneración en México. El traslado no es por razones fiscales, sino por cuestiones de agilidad en las ventas. Luxemburgo da unas facilidades extraordinarias en ese sentido.  Es el consejo que había dado a la banca la consultora KPMG y a la banca le ha parecido bien. Y queda por aclarar también el futuro de la tecnológica, inmensa en una de las mayores crisis sufridas por una empresa española. La vía para despejarlo la marca el pacto firmado en agosto, un acuerdo in extremis que no garantiza la viabilidad, con la aportación de 1,169 millones de euros por parte de los hedges funds, 515 de ellos de dinero nuevo. La banca ha dispuesto de una semana más, hasta este viernes, para pensarse si pone la mitad de ese dinero nuevo, que en cualquier caso está garantizo que entre. Es lo que hay. Como ya les hemos contado también: nadie va a poner un euro más, todo depende de las ventas, de lo que ingreso por los negocios (con un coste financiero del 24% para refinanciación de la deuda, a pesar de que los tipos de interés en mínimos históricos del 0%). Rafael Esparza