• Máxima presión de la Generalitat sobre los mozos.
  • Y esperpento del conseller de interior: garantizar un voto sin colegios, urnas ni papeletas.
  • El mandato judicial "se tiene que poder cumplir", asegura el consejero de Interior de la Generalitat.
  • Se trata de "adecuar una actuación a una demanda judicial".
  • La actuación son las personas que quieren votar.
  • Y el Banco de España insiste sobre lo mal que puede quedar la economía catalana.
El conseller de Interior, uno de los independentistas más desatados del Gobierno catalán, de nombre Joaquim Forn, comparecía ante los medios informativos en la mañana del jueves. Tras atizar el fuego asegurando que en los Mossos manda él y que los policías venidos de afuera vulneran el orden democrático, Forn explicó que, en pocas palabras, piensan cumplir los mandatos judiciales… según y cómo. Así, empleó eufemismos como el de que el mandato judicial "se tiene que poder cumplir". ¿Poder cumplir? Y más peor: se trata de "adecuar una actuación a una demanda judicial". Casualmente, la "actuación" son las personas que quieren votar. Ahora bien, hablamos de un referéndum que no cuenta con colegios electorales, ni con urnas, ni con papeletas. Entonces, ¿cómo van a votar? La verdad es que a Puigdemont sólo le quedan dos salidas: o un referéndum por Internet o un simulacro en plaza pública, etc… o bien un estallido de violencia incitado por no se sabe quién. Los pacíficos separatistas catalanes defendiéndose a golpe limpio de represión centralista. Si no, ¿qué va a hacer el 2 de octubre? ¿Una declaración de independencia sobre unos resultados desconocidos, sobre un referéndum no celebrado? Naturalmente, el culpable de la violencia sería Madrid. Eulogio López eulogio@hispanidad.com