• Si degenerará o no en guerra civil abierta, lo sabremos en breve.
  • Pero todo apunta a una guerra de pequeños y continuos enfrentamientos.
  • Combinación de batallas limitadas y de ausencia de paz social… ilimitada.
  • La envidia juega un papel fundamental en esta campaña electoral.
  • Si tienes un coche, o un piso, o un trabajo, mejor que yo es porque eres un fascista.
  • Y el miedo a la violencia radical siembra la impunidad.
Sucedió en Madrid: una mujer, con una clase de gama media-alta, circula por la capital. De repente, otro automóvil, con una pareja dentro, le cierra el paso en una curva. Le obliga a frenar y, segundos después, el semáforo les obliga a parar. El coche de la pareja le pide que abra la ventanilla. La víctima de la maniobra lo hace, convencida de que le van a pedir disculpas. Pero no. Es el momento en que la pareja de jóvenes comienza a insultarle y a amenazarle, en un exabrupto vocinglero que podemos resumir así: Fachas de mierda. ¿Te crees que por tener ese coche puedes jodernos? ¡Qué poco os queda! La chica es la más enardecida, pero lo del varón es peor: sale del coche y le rompe a patadas el retrovisor a la voz de "fachas de mierda". Un anciano, impotente ante los hechos, apunta la matrícula de los violentos y la chica grita. Pégale a ese que está apuntando la matrícula. Al final se marchan. Llega la policía municipal, que remite a la víctima a la policía nacional. Visto lo visto, acude también a la policía nacional, donde, y quizás esto sea lo más significativo, le dicen que si quieren, puede interponer una denuncia, pero lo mejor es que le dé un certificado para que el seguro no ponga pegas a la hora de pagarle los desperfectos. Es decir, fomentando la impunidad. ¿Hecho aislado? No parece ser eso lo que se respira ni lo que advierten las fuerzas de seguridad en privado. La envidia se ha convertido en agente político en España. Si tienes un coche mejor que el mío, eres un 'facha'. Es el estilo Podemos, por más que en campaña electoral sus dirigentes -Iglesias, Errejón, Bescansa- se muestren como tímidos corderitos asombrados de lo que se dice de ellos. Y ese sentimiento de impotencia procede de otra de las variables de esta campaña electoral: una especie de fatalismo que tiende a convertir el miedo en realidad. Por ejemplo, lleva a que Podemos pueda ganar las elecciones, algo que no es desechable. De entrada, no lo desechan ni en el PP ni en Ciudadanos. En cualquier caso, la España de 2016 empieza a favorecer a la España de 1936. Si tienes un coche, o un piso, o un trabajo, mejor que yo es porque eres un fascista. Y a partir de ahí, vivimos en enfrentamiento civil permanente. En breve sabremos si ese enfrentamiento civil, formado de trifulcas en las calles acaba en guerracivilismo abierto. La verdad es que viene a ser lo mismo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com