Sr. Director: El fin de semana del 23 y 24 de julio, los alemanes vivieron terror, dolor y desconcierto. Unos días después, se producía el tercer ataque de la semana en Baviera, el cuarto en todo el país. Pero todavía no está clara la naturaleza de esta plaga de violencia. La matanza masiva, que se produjo el viernes 22, en la que murieron nueve personas en Múnich, parece la obra de un adolescente perturbado. En los otros tres ataques, los protagonistas fueron refugiados acogidos por la generosidad alemana, que no parecen responder a órdenes de una organización terrorista, aunque hay alguna excepción. El suicida del domingo, que causó quince heridos en Ansbach y que podría haber provocado un baño de sangre, parece un desequilibrado sirio enfadado porque no se le haya dado asilo, aunque parece que recibía instrucciones en su móvil desde Oriente Medio. Y el asesino de una embarazada parece haber sido el protagonista de un crimen  de violencia machista. Lluis E. Romaguera