Sr. Director: Una vez comprobado que los independentistas en las urnas no tienen nada que hacer, aprovechan cualquier acontecimiento que sea importante para mostrarse y hacer creer que su ideología se expande y que cada día son más. La celebración del Aberri Eguna, la festividad de la Diada o la final de la Copa del Rey, son excelentes escenarios para deslumbrar, mentir y captar ilusos. En ellos ningunean a España con banderas creadas ad hoc, gritos de independentzia, independència o bien con pitadas. El último escenario donde se les ha visto a los anti patrias ha sido en el Camp Nou. Ni uno ni dos, diez mil silbatos repartieron las organizaciones independentistas entre los asistentes que fueron a ver la final. ¿Los comprarían con alguna subvención estatal? Algunos cogieron los silbatos para liarla y otros, simplemente, porque los regalaban. Comenzó el himno, comenzó la pitada. Y se escuchó, no lo voy a negar. Pero hagamos juntos una comparación: el Camp Nou tiene un aforo de 100.000 personas. Si a las 90.000 personas que no quisieron coger  los silbatos les hubieran dado por cantar sevillanas, hubiéramos oído gritos de sevillanas. No de pitadas. Siempre es nuestro silencio quien nos engaña Jon García Rodríguez