Sr. Director: Parece que nos hemos olvidado pronto de que Barcelona, en el día de la manifestación contra el terrorismo, se convirtió en el centro de todas las miradas. Por unas horas, desgraciadamente parece que sólo fue por unas horas, se dejaron a un lado los debates en torno a los éxitos y los fracasos en la lucha contra el terrorismo y sobre los enfoques dispares sobre cómo afrontar esta amenaza global dentro de una sociedad democrática. Cabe recordar que en aquella ocasión, no faltaron los que se mostraron más preocupados por cuestiones políticas que por los muertos en los atetados. Por unas horas, Barcelona, la ciudad que mira al mediterráneo, mar de culturas y de historia, volvió a ser símbolo de una metrópoli que reclama unidad, que apuesta por la libertad frente a la barbarie y que no olvida a las víctimas. Una apuesta que debe tener claro el deber civil de la defensa de la vida y de la lucha contra quienes siembran el mal intrínseco con actos nunca justificables. Barcelona, abandonó por unas horas la discusión pública, para recordar que la lucha contra el terrorismo de origen yihadista exige claridad de juicio, firmeza institucional, responsabilidad social y esfuerzo educativo. Con motivo de la "Diada" Barcelona, de nuevo, volvió a ser el centro de atracción, en este caso no de todos sino sólo de los que buscan por encima de todo la división. ¡Lástima que los buenos momentos duren tan poco! Jesús Domingo