Sr. Director:
En la prórroga de dos años otorgada por la Comisión Europea a Francia para reducir su déficit, algunos ven un trato de favor a París, frente a la dureza exhibida con Grecia.

Otros lo presentan como un triunfo del nuevo eje socialdemócrata Roma-París. Pero conviene recordar que el primer ministro francés acaba de jugarse el cargo con una moción de censura para sacar adelante un ambicioso plan de reformas contra el parecer de su partido.

Flexibilidad sí, pero con reformas, es el nuevo consenso que se abre paso en Europa. En la situación actual de caída de precios, una nueva recesión sería catastrófica, por lo que es urgente estimular el crecimiento. El punto débil es Alemania.

La Comisión vuelve a pedir a Berlín que utilice su gigantesco superávit para animar la demanda interna y la inversión, lo que apuntalaría la recuperación del continente, pero Merkel hace oídos sordos.

José Morales Martín