Sr. Director: En los Países del golfo, la desconfianza entre chiíes y sunníes sigue viva, mientras los cristianos esperan el pleno reconocimiento de su ciudadanía. El gobierno de Bagdad tiene ante sí un enorme desafío. Otra incógnita no menor que se cierne sobre el futuro es el papel de la coalición internacional, en particular de Rusia, que está inmersa en una deriva desconcertante con una política que aprovecha cualquier oportunidad para lanzar un mensaje poco amistoso a Occidente. Rusia es un socio necesario para estabilizar la región, pero colaborando en un proyecto compartido y con reglas claras. Esperemos que con la victoria del republicano Trump las relaciones internacionales sean más fluidas y permitan acabar con un conflicto político religiosos que está sangrando a una zona produciendo un éxodo masivo, poniendo en peligro el mantenimiento del cristianismo en la zona y la estabilidad del Mediterráneo. Martínez J.