Sr. Director: Oigo a dos hermanas gritándose, en la playa. No pasan de los veinte años de edad. Que si Rajoy, que si Sánchez. Qué recuerdos me traen, como el calentón de la noche del 14 de marzo de 2004. Después aprendí que ninguno de ellos merece ni un solo minuto de mi tiempo. No se imaginan Rajoy, Sánchez y demás políticos profesionales cómo se les simplificaría la vida si en lugar de dar prioridad a su bienestar personal, al de su familia, al de los dirigentes de su partido y al de sus familias, actuaran conforme a un solo criterio: el interés general. ¿Por qué no lo prueban? Alberto Asensi