Sr. Director: Pedro Sánchez  vuelve a las andadas y para quedar bien  ha admitido que el insulto a Mariano Rajoy, a quien calificó de indecente, fue incorrecto en la forma, pero totalmente verdadero en el fondo, es decir, por eso sigue el voto contra él, y volverá a repetirle la horterada del no, como lo ha demostrado al afirmar que pase lo que pase  después de las próximas elecciones, nunca pactará un gobierno con Mariano Rajoy, aunque los resultados de las elecciones del 26-J le empujen a pactar por el bien de España. Ante tal cerrazón patológica Albert Rivera parece bajarse de sus posturas maximalistas  afirmando: primero tiene que iniciarse la  campaña y no se puede empezar poniendo todos los vetos, con  quién sí y  con quién no. Él no lo veo así, porque está convencido de que España necesita acuerdos, cambios y regeneración y de nada sirve enrocarse en posiciones absolutas y maximalistas, refiriéndose a Pedro Sánchez.  Lo mismo ha afirmado Rajoy: los vetos son malos para la democracia. Y nuestro partido ha sido vetado y lo que  ha ocurrido estos cuatro meses no se puede volver a repetir. Es de esperar, por lo tanto que Rivera entre razón y no vete a Rajoy, como candidato y Sánchez no ponga vetos si  pierde las elecciones. Lo cual parece imposible por su persistencia en el veto al partido más votado y al ganador de las próximas elecciones. La irresponsabilidad de  Pedro Sánchez es  un grave problema en España en todos los sentidos: moral, social, institucional (…). Afecta  más que a  nadie  a pensionista, jóvenes, niños, empresarios y trabajadores, parados, dependientes, inversores (…), que no tienen ningún culpa que la erótica del poder y los cuernos de doña friolera se hayan paseado por el ruedo nacional, y las  elecciones anticipadas, que tanto temían los que sólo viven y han vivido de la política,  han sido durante estos tres meses de ignominia un clamor nacional que no se gritaba  pero  se sentía y han sido la única salida democrática y justa. La última consulta  que el Rey  Felipe VI  ha realizado  con los portavoces de los partidos los días 25 y 26 ha vuelto  a poner en evidencia los vetos y la demonización de algunos que  han impuesto condiciones imposibles para el gran pacto de las fuerzas, a los que teóricamente les une  lo esencial, aunque en la práctica no sea así. La   solución más  razonable para evitar las elecciones siempre ha estado en manos Pedro Sánchez, después del simulacro de consulta que Podemos ha hecho a sus bases, que se han opuesto por mayoría absoluta a participar en un pacto de gobierno con el POSE y con Ciudadanos. Para que Pedro Sánchez viese satisfecho su ego político con su deseo imposible de llegar a la Moncloa, sólo cabían dos alternativas  o pactar con todos los separatistas, soberanistas, comunistas antiguos y modernos o con el PP y Ciudadanos es decir abochornarse de la grotesca expresión: "que parte del no, no ha entendido", para no llegar a lo que tanto temían los políticos: las elecciones anticipadas que dejarán a los amantes del postureo, fuera de sus prebendas y en el paro. Optó por demonizar al PP y entregarse en brazos  de todos los demás partidos hasta el último segundo, con el resultado que se ha producido: el no rotundo de todos, que  Pedro Sánchez no ha querido entender  y lo  que es peor tratar de vender como un gran éxito. Así los afirman algunos miembros del PSOE en tertulias y entrevistas. Fidel García  Martínez