Sr. Director: Agregue que en materia de ciencia, las verdades de hoy son las mentiras del mañana… Y si lo aplicamos a los científicos: los jueces de hoy son los acusados del mañana… o si por descubrir hoy algunas características de la materia merecen gloria, cuando se descubra mañana que, estaban equivocados o eran parciales sus conocimientos o incompletos; su gloria se convertirá en vanagloria… O sea, jugar a suplantar a Dios encumbrándose a sí mismos en pedestales humanos es como nuestros antepasados que se encumbraron en pirámides. Aún cuando hoy se ven magníficas ubicándolas en el contexto de su época, resultan risibles comparándolas con los edificios que podemos ver en nuestro tiempo. Una cosa es la ciencia y sus avances y otra muy diferente son los científicos y la valoración que se dan a sí mismos o la que otros acomedidos, llevando agua a su molino, les dan. Es pues, verdad lo que dice usted. ¿Qué son los avances de la ciencia en relación al conocimiento absoluto del universo? ¿Y quién tiene el conocimiento absoluto para poder establecer cuál es el estado del avance de la ciencia en relación a ese conocimiento total? ¿Ah, pero los científicos?... Por favor no me los ninguneee… y menos a los políticos o comerciantes que los utilizan. Hablando de raciocinio: una cosa es que uno pueda dar una explicación de un acontecimiento y otra muy distinta que sea verdad lo que se afirma. Ejemplo: ¿Cuántas versiones hay sobre quien mandó matar a John Fitzgerald Kennedy? Varias y todas razonables, pero ¿cuál es la verdadera? ¿Cuántas teorías hay sobre el origen del universo? Varias y todas razonables, pero ¿cuál es la verdadera? Yo creo que eso es algo que va a quedar para siempre, en meras hipótesis razonables. No digo que no haya esfuerzos para conocer el universo y cómo funciona. Digo que todo a la medida y contestando para qué. A nuestros pensadores de marras lo único que les interesa es acomodar todo dentro de lo políticamente correcto. ¿Será verdad?, ¿será mentira? Bueno si está dentro de su plataforma filosófica, si lo será. Y si no, pues no. Así de sencillo. Jaime Cisneros