Sr. Director:
Fueron solo cinco palabras. El pasado sábado, día 17 de enero, Ortega Lara participaba en un acto político de Vox.

Al terminar su intervención, al  hombre que estuvo secuestrado por Bolinaga durante 500 días en un zulo inmundo, le preguntaron por el fallecimiento del etarra. "Descanse en paz y punto", contestó.

Después de tanto sufrimiento el que fuera funcionario de prisiones le deseaba a su carcelero el descanso eterno. Lo que supone, ante la perspectiva de la muerte, haber perdonado. Hace falta tener una gran conciencia de lo definitivo para hacer un gesto así: para superar  la tentación del odio y para  desear el bien a quién te ha causado tanto mal.

Una actitud así no se puede exigir, pero cuando aflora hay que reconocerla como un regalo para toda la sociedad.

X. M.