Sr. Director: En el Sínodo de los Obispos, este año sobre la familia, se está celebrando en Roma. Más allá de la cuestión de los divorciados vueltos a casar, sin duda tema de enorme resonancia mediática, una de las mayores preocupaciones es cómo acercarse a todas esas situaciones dolorosas que ha provocado en el mundo lo que podría considerarse una auténtica epidemia de rupturas familiares, o cómo preparar mejor a los jóvenes para contraer matrimonio. No se discuten cuestiones doctrinales, sino problemas prácticos y pastorales. Lo dijo claramente el Papa la última semana de septiembre en Filadelfia, al pedir a los obispos que dediquen sus mejores energías a acompañar a las familias, al tiempo que nos lo pedía a todos los católicos. Francisco quiere que sea un tema prioritario para toda la Iglesia, ya que de la salud de la familia depende nada menos que la felicidad de las personas o la transmisión de la fe de padres a hijos. Pedro J. Piqueras Ibañez